El sector genera US$1.7 billones anual en el mundo, según la consultora global Wazir.

Cuando se piensa en el mundo de la moda, de forma inmediata llegan a la mente modelos, ropas y los deslumbrantes shows, un mundo quizás frívolo y superficial. Pero, más allá de las pasarelas, se trata de un sector que mueve más de US$1.7 billones anual en el mundo, según la consultora global Wazir.

La industria de la moda aporta empleos, crea cultura y contribuye al producto interno bruto (PIB), una razón que lleva a los directivos del Instituto de Moda en República Dominicana (InModaRD) a demandar un fortalecimiento del sector, con legislaciones favorables que fomenten su competitividad.

El InModaRD, presidido por Isabel Reynoso, realizó un conversatorio sobre la necesidad de crear un reglamento que regule las normativas y atraiga mayor beneficios al sector, en el que se presentó el Diagnóstico y Direccionamiento Estratégico del InModaRD. Contó con la participación de diseñadores y personalidades afines al sector.

Para finales de 2018 había un total de 74 parques de zonas francas en operación, con 673 empresas. Alrededor del 21% de las zonas francas de República Dominicana están vinculadas directamente a mundo de la moda.

Para el año pasado habían registradas unas 102 industrias textiles (15%); unas 26 empresas destinadas a la fabricación de calzados (3.9%) y 14 empresa a la creación de joyería (2.1%).

Según la Clasificación Internacional Industrial Uniforme (CIIU), la fabricación de prendas de vestir en el país se encuentra en el quinto lugar de las diez ramas industriales de mayor incidencia en la economía y en el décimo lugar la fabricación de productos textiles.

La consultora global Wazir Advisors, en el reporte “The Road to 2015”, estima que para 2025 el consumo global de artículos de moda alcanzará los US$2.6 billones. El mayor crecimiento se espera en China e India, mientras que para la industria en Estados Unidos y Europa se espera un desaceleramiento.

Según Euromonitor International, en América Latina la moda crece un 7% promedio anual desde 2009.

En el caso de China, se prevé que el crecimiento de la demanda interna supere las exportaciones, dejando una brecha comercial que puede ser aprovechada, por lo que el InModaRD busca fortalecer el sector y las legislaciones favorables para fomentar la competitividad.

Desde 2015 el InModaRD aspira no solo a crear buenas y bonitas prendas, sino también a desarrollar infraestructuras fiables, sostenibles, resilientes y de calidad, que aporten al desarrollo económico, así como la contribución de la industria al empleo y al PIB del país, para contribuir con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) desde las máquinas de coser.

Reynoso explica que el 76% de la moda dominicana se hace en los hogares y que esto se debe a que los costos de alquiler y de formalización de las pequeñas empresas son muy altos. El 82% tiene menos de diez empleados.

Una ley de moda

“El 29% de las empresas tienen menos de 5 años, el 18% entre 5 y 20 años, el 24% más de 20 años”, según el Diagnóstico y Direccionamiento Estratégico InModaRD. El 77% de las empresas son dirigidas por mujeres. El instituto ve como beneficioso para la industria de la moda la regulación a través de una “ley de moda”.

De su lado, el coordinador de cadena de valor del viceministerio de Fomento a las Mipymes, del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), Alberto Castillo Castillo, considera que, “más que una ley”, hay que definir el sector y analizar la cadena de valor, ver las limitantes y establecer prioridades, ya que una ley puede aletargarse en el Congreso.

Además, explica que existen otras regulaciones que de manera transversal favorece la industria.

Más allá de los hilos, agujas, procesos burocráticos y empresariales, la diseñadora dominicana y empresaria Jenny Polanco ve las personas que por más de 42 años han hecho realidad sus diseños. Los considera no son sólo empleados, sino familias. Muchos llevan con ella más de 20 años.

Polanco manifiesta que se necesita una legislación que imposibilite el contrabando de ropa y que cada tienda que esté instalada en el país cuente con una cuota de representación de un diseñador nacional. A su entender, esto incentivará que las producciones dominicanas estén a la altura de las internacionales, porque estarán en competencia directa con la ropa importada.

Entiende que las producciones dominicanas deben tener más facilidades, ya que no solo aporta al PIB, sino también al mercado de trabajo y al desarrollo económico de la sociedad.

“Yo importo y fabrico y sé el dolor de cabeza que es fabricar. No puede ser que las personas que ponen una tienda e importan tengan las mismas condiciones que los pequeños que fabricamos aquí”, dice la diseñadora.

El diseñador y jurista Héctor Jiménez explica que uno de los problemas que más aquejan a la producción son las cargas impositivas del componente principal, que para los diseñadores es la tela. A clara que pese a que el Código Tributario registra que la materia prima no debe llevar carga de ITBIS, ellos lo pagan por cada yarda.

Dentro de las medidas a mejorar, según el informe del InModaRD, están los niveles de institucionalidad, de organización y asociatividad de cada uno de los eslabones de la cadena. También impulsar un espacio coordinador entre las organizaciones que la representan y el fortalecimiento de la base gremial.

Detrás de esta poderosa industria no solo están los diseñadores de ropa y calzados, una parte esencial son los cosméticos, maquillaje y productos para el cuidado de la piel, pelo y del cuerpo en general. La empresa Star Products se ha mantenido por casi 50 años elaborando productos dominicanos con calidad internacional.

Rommy Grullón, directora de desarrollo empresarial, cree que para la creación de una ley que favorezca el sector se debe realizar un levantamiento de las necesidades del sector y tomar otros países como parámetro, además de elevar la calidad de la producción dominicana.

Entiende que debe ser considerado en una posible legislación en favor de las empresas dedicadas a la industria de la belleza, el pago de menos aranceles e incentivar las compras desde el Estado a las empresas locales. Considera, en el caso de las zonas francas, que no necesitarían tener todas las prerrogativas que tienen, ya que ellas no venden en el mercado local.

Instituto de Moda en República Dominicana

Busca colocar los diseños locales en el mapa mundial de la moda y sea reconocida por sus altos estándares de calidad.

En sus cinco años ha capacitado a más de dos mil personas, de forma directa e indirecta, en las diferentes cadenas de valor trabajando en la alfabetización digital, a través de la cual se capacita a microempresarios, en alianza con el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM).

Ha logrado la unión del sector, logrando desarrollar marcas enfocadas en la cultura del país.

Design Week RD busca aportar a la economía

La creatividad se ha convertido en una de las habilidades más relevantes en la región para acelerar el crecimiento, la innovación, el empleo, atraer nuevos talentos, inversionistas y empresarios. Se trata de una forma de generar riquezas a la que organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) llaman “economía naranja”.

Bajo esos parámetros se desarrollará Design Week RD (semana del diseño en República Dominicana), a celebrarse del 23 al 29 de septiembre de este 2019. El evento integrará la arquitectura, la artesanía, las artes audiovisuales, el diseño gráfico e industrial.

Jorge Browns, diseñador y director de Design Week RD, explica que la iniciativa surge ante la necesidad de rescatar la cultura dominicana en el diseño de interior.

Destaca que el objetivo principal es la inclusión de las empresas y profesionales, enfocados en la arquitectura, el interiorismo, diseño industrial y la artesanía, para llevar a República Dominicana a la cima del diseño en el Caribe.

La economía naranja en 2015 generó ingresos por US$124,000 millones y dio empleo a 1.9 millones de personas en América Latina y el Caribe, según el libro “Economía Naranja: Innovaciones que no sabía que eran de Latinoamérica”, del BID.

Jorge Brown destaca que el interiorismo genera un movimiento económico que puede ser aprovechado en la creación de espacios que exalten la autenticidad, la cultura, la vida dominicana y el turismo arquitectónico.

Brown asegura que la globalización ha hecho que el país avance en muchos aspectos, pero también, que se deje de lado la identidad dominicana. “Un país se reconoce por su experiencia cultural, trayectoria y sus avances”, dice.

El emprendimiento es transversal en la economía naranja. Por lo que el director de Design Week RD llama a los profesionales a ser más visionarios y lanzarse a la producción que aporte al país.

Entre abril-septiembre de 2014 los lugares y eventos culturales en República Dominicana generaron unos RD$837.6 millones, según la Encuesta Nacional de Consumo de Cultura en República Dominicana 2014.

El 36% de la población mayor de 15 años residente en las zonas urbanas del país asistieron a un lugar o evento cultural, unas 1, 795,090 personas, según la encuesta.

Brown resalta los avances logrados en Medellín, Colombia. El empuje e impacto social que ha tenido la cultura, el presidente Iván Duque nombró la ciudad como “eje de la economía naranja”.

Para 2013 el ingresos generados por las industrias creativas y culturales a nivel mundial fue de US$2, 250,000 millones y en América Latina y el Caribe unos US$124,000 millones, según registra Ernst & Young (EY).

Entre 2010 y 2015, en Silicon Valley más de 27 empresas cofundadas por diseñadores fueron adquiridas por compañías como Google, Facebook, Adobe, LinkedIn, Dropbox y Yahoo, Accenture, Capital One, BBVA, McKinsey & Co, según el Design in Tech Report,7.

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Por El Dinero