Estas sustancias causan efectos adversos para la salud, como cáncer, anomalías fetales, colesterol alto y trastornos tiroideos, hepáticos y reproductivos.

Un equipo de investigación de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) demostró por primera vez que 17 de los llamados ‘químicos eternos‘ de uso común pueden absorberse fácilmente a través de la piel humana y llegar al torrente sanguíneo del cuerpo. Así, las sustancias sintéticas polifluoroalquiladas y perfluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) se consideran potencialmente dañinas para las personas, la vida silvestre y el medio ambiente.

Comunes y peligrosas

Los expertos subrayan que las PFAS tienen un amplio uso en la industria y también en productos de consumo. Debido a sus propiedades repelentes de agua y manchas se emplean en la confección de ropa impermeable, uniformes escolares y hasta en productos de cuidado personal.

En los seres humanos, tales sustancias están asociadas al cáncer, las anomalías fetales, el colesterol alto, así como los trastornos tiroideos, hepáticos y reproductivos. Los ‘químicos eternos’ se acumulan en el suelo, el agua y la fauna. Nueva Zelanda anunció a principios de este año que prohibirá el uso de los mismos en los cosméticos a partir de 2026.

Los científicos señalan que, si bien se conoce que las PFAS ingresan al cuerpo a través de su inhalación o ingestión, no se disponen de evidencias que demuestren que pueden atravesar la barrera cutánea; a pesar de que estudios recientes han demostrado vínculos entre el uso de productos de cuidado personal y las concentraciones de dichas sustancias en la sangre y la leche materna humanas.

Resultados de los experimentos

En los experimentos utilizaron modelos 3D que imitan las propiedades de la piel humana normal. Los investigadores aplicaron muestras de cada una de las sustancias químicas a estos tejidos multicapa cultivados en laboratorio. Luego midieron en qué proporciones fueron absorbidas, no absorbidas o retenidas dentro de los modelos.

De las 17 PFAS analizadas, el equipo encontró que 15 mostraron una absorción dérmica sustancial (al menos el 5 % de la dosis de exposición). En las dosis de exposición examinadas, la absorción en el torrente sanguíneo del PFAS más regulado (el ácido perfluorooctanoico) fue del 13,5 % y un 38 % adicional de la dosis aplicada se retuvo dentro de la piel para una posible absorción a largo plazo en la circulación.

También observaron que las sustancias con cadenas de carbono más largas mostraron niveles más bajos de absorción que los compuestos con cadenas más cortas. Los resultados de la investigación se publicaron recientemente en Environment International.

Piel como fuente de exposición

“La capacidad de estas sustancias químicas para ser absorbidas a través de la piel se ha descartado anteriormente porque las moléculas están ionizadas. Se pensaba que la carga eléctrica que les daba la capacidad de repeler el agua y las manchas también las hacía incapaces de atravesar la membrana de la piel“, explicó Oddný Ragnarsdóttir, autora principal del estudio. “Nuestra investigación muestra que esta teoría no siempre es cierta y que, de hecho, la absorción a través de la piel podría ser una fuente importante de exposición a estos químicos dañinos”, añade.

“Nuestro estudio proporciona una primera idea de la importancia de la ruta dérmica como vía de exposición a una amplia gama de sustancias químicas permanentes”, aseveró Mohamed Abdallah. Mientras, otro coautor del artículo, Stuart Harrad, subrayó que la importancia de la investigación también radica en que actualmente se aprecia un cambio en la industria “hacia productos químicos con longitudes de cadena más cortas porque se cree que son menos tóxicos. “Sin embargo, la compensación podría ser que absorbamos más de ellos, por lo que necesitamos saber más sobre los riesgos involucrados”, aclaró.

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