El cuerpo fue encontrado en la tarde de este jueves en la localidad inglesa de Shevington.
Autoridades policiales británicas pusieron en marcha una investigación tras hallar este jueves un cadáver en Shevington, localidad situada en el distrito metropolitano de Wigan (Inglaterra, Reino Unido), según un comunicado publicado en la página web de la Policía del condado de Gran Mánchester (PGM).
El texto indica que alrededor de las 19:00 (hora local), los agentes recibieron una llamada que alertaba sobre la presencia de un cadáver en Kilburn Drive, y así lo constataron los servicios de emergencia cuando llegaron al lugar.
Ahora los forenses están trabajando para identificar el cuerpo que, según creen, presenta “sustancias potencialmente peligrosas”, por lo que recomiendan a toda persona que haya estado en contacto directo con el fallecido que se comunique con la Policía o busque atención médica de inmediato.
“Nuestros especialistas están tomando precauciones en este incidente. Por favor, no se alarmen si ven a nuestros agentes en el área con ropa protectora al retirar el cuerpo de la escena”, continúa el comunicado, que asegura que es una medida de precaución estándar para este tipo de casos.
“Ya no hay mayor riesgo”
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De momento, según se detalla, los agentes están hablando con los habitantes de la zona e instan a todo el que pueda tener cualquier información relacionada con el incidente a que se ponga en contacto con ellos. “La escena está bajo control y se cree que no hay riesgo en las áreas aledañas”, concluye el reporte.
“Es un conjunto de circunstancias desafiantes“, declaró en rueda de prensa el superintendente Alan Clitherow, de la PGM. “Hemos asignado oficiales del equipo de incidentes mayores. Obviamente, han pasado menos de 24 horas [desde el inicio] de la investigación, por lo que ahora estamos averiguando exactamente lo que sucedió”, añadió.
Clitherow comentó que todavía se desconocen la identidad y el sexo de la persona muerta, lo que será establecido una vez que el cuerpo sea sometido a una autopsia bajo supervisión del Ministerio del Interior británico.
