Cada miembro de la pareja tiene una lealtad con su familia de origen mediada por lo biológico. Soy leal y fiel a mi padre, porque él me trajo a la vida. Por mis venas corre la sangre de mi madre y por eso le debo lealtad y compromiso.

Cuando tenemos pareja vamos creando lazos de lealtad con la pareja. 

En ocasiones la pareja nos exige algo que implica un conflicto de lealtad, ya que atenta lo que consideramos como deber hacia nuestra madre, padre o hermanos. 

Hay que aprender a luchar con estos conflictos. No ser esclavos de la lealtad, pero tampoco irrespetar las lealtades de nuestra pareja.

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