Muchos padres al tener hijos irresponsables se preguntan el por qué de la conducta de irresponsabilidad de sus hijos. La historia familiar se va construyendo de pautas y dinámicas a lo largo del tiempo. Se van creando códigos de lo que permitimos y de lo que no permitimos.
La irresponsabilidad de un hijo es una conducta que el sistema familiar ha permitido, y a veces la estimula. Permitimos una conducta irresponsable y el hijo disfruta ese privilegio que le damos al hacer nosotros lo que le corresponde a él o ella.
El proceso de ser irresponsable empieza desde la niñez. Les vamos permitiendo a los niños no cumplir con sus responsabilidades. Luego de crearse una dinámica en la que esta conducta se permite, se crean padres o hermanos que hacen lo que el irresponsable debe hacer.
La posición del irresponsable molesta a la familia, pero el irresponsable goza su rol y se molesta cuando le reclaman o le piden cambios. ¿Por qué tiene que cambiar si su conducta no molestaba anteriormente? Se siente cómodo y no quiere perder su paz. Hacerse cargo de su propia vida no quiere, porque otros ya lo hacen por él o ella.
Más que procurar que un irresponsable cambie el enfoque, lo correcto es que cambien en su manera de relacionarse aquellos que mantienen la pauta de irresponsabilidad en la familia.
No debemos asumir la responsabilidad ajena, ya que convertimos en irresponsables a los demás. Le quitamos la posibilidad de que sean autónomos e independientes.