Pérdidas de Edenorte, Edesur y EdeEste alcanzan el 39.2%, su mayor nivel desde el 2012.

Santo Domingo, RD.- Las empresas distribuidoras de electricidad (EDE) bajo la administración del Estado (Edenorte, Edesur y EdeEste) han visto aumentar sus pérdidas técnicas y operativas en los últimos dos años, con niveles que en 2022 fueron los mayores y más costosos de la última década.

Así lo indican las estadísticas oficiales del Informe de Desempeño del Sector Energético que publica el Ministerio de Energía y Minas, donde se da cuenta de que en 2022 las pérdidas de las EDE alcanzaron un 39.2%, su mayor nivel desde 2012.

Esas altas pérdidas debieron ser cubiertas por el Estado con un subsidio de US$1,500 millones el año pasado, el mayor monto aportado para cubrir déficit eléctrico en la historia de ese sector en el país.

De acuerdo con un informe del Centro Regional de Estrategias Económicas y Sociales (CREES), ese indicador es el resultado de pérdidas operativas por 32.4%, correspondiente a la proporción de energía comprada por las EDE y colocada en redes sin facturarla a los usuarios, lo que indica que es una pérdida irrecuperable.

A ese nivel se suma un 6.8% de pérdidas que es la proporción de la energía que sí es facturada, pero no llega a ser cobrada. Ese indicador muestra una mayor deficiencia en Edenorte, Edesur y EdeEste, debido a que en 2019, antes de la pandemia, era apenas 3.5%.

Ante ese informe, el ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, declaró en el programa El Gobierno de la Tarde, de la Z-101, que se debe a un incremento en la oferta de electricidad de parte de las EDE, ya que están abasteciendo un 98% de la energía demandada.

Opinión de un experto

El ingeniero Bernardo Castellanos, experto eléctrico, declaró a elDinero que el argumento de Almonte sobre más abastecimiento de electricidad se cae por el hecho de que en 2022 las EDE aumentaron la energía comprada en 2.1% respecto a 2021. En tanto que en 2018 el aumento de energía comprada fue de 4% respecto al 2017.

Sin embargo, de 2021 a 2022 las pérdidas pasaron de 37.5% a 39.2%, mientras que de 2017 a 2018 bajaron de 33.7% a 32.7%, respectivamente.

Castellanos recordó que ese incremento de pérdidas se produce aun cuando en 2022 se realizaron aumentos a la tarifa eléctrica, lo cual debería traducirse en una mayor recaudación por los montos facturados y no en una reducción.

En 2021 las EDE cobraron el 95.1% de lo que facturaron, mientras que en 2022 solo pudieron cobrar el 93.2%, aun con una tarifa más alta.

El Estado lo paga

El incremento de las pérdidas en el sector eléctrico no se siente en la población, porque, para evitar apagones, el Gobierno ha decidido cubrir, con recursos del erario, los costos adicionales, es decir, con subsidio.

Por eso la partida presupuestaria para cubrir el déficit de las EDE, que en 2019 fue de US$597.1 millones y en 2020 US$589.7 millones, pasó en 2021 a US$959.1 millones y el año pasado llegó a un monto récord de US$1,500 millones.

Para el presente año 2023, se han presupuestado US$1,291 millones de subsidio al sector eléctrico, pero el monto podría aumentar si no mejora la capacidad administrativa de Edenorte, Edesur y EdeEste.

El informe del CREES

Ante la publicación del CREES sobre un nivel de pérdidas de 39.2% en las EDE, el ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, dijo que no sabe de dónde se sacaron esas cifras, debido a que las pérdidas en 2022 fueron 32.4%.

Sin embargo, el CREES hace la especificación de que sacó las cifras de las propias publicaciones de Energía y Minas.

El asunto es que el ministro Almonte al decir que las pérdidas son de 32.4% y no 39.2%, deja fuera la proporción de 6.8% correspondiente a energía facturada y no cobrada, la cual es aparte de las pérdidas citadas por el titular de Energía y Minas.

Cuando se suma el 32.4% de pérdidas más el 6.8% de energía facturada y no cobrada, adicional a las pérdidas, entonces el resultado es 39.2%. Esa misma sumatoria la aplicó el CREES para los años anteriores y aún así, la última vez en que las pérdidas de las EDE estuvieron por encima de ese nivel fue en 2012, cuando marcaron 40.5%. En los años siguientes bajaron, pero en 2022 volvieron a repuntar.

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Por El Dinero