El enfoque del feminicidio es muy complejo y multifactorial. Abordar una obvia conducta masculina posesiva, llena de apego y una inusual explosión emocional que lo lleva a matar o a quitarse la vida requiere una mirada científica. La observación y el sentido común nos aportan mucha información. 

Los hombres necesitamos entrenarnos para las separaciones amorosas, aceptarlas y atender el control emocional, para no actuar irracionalmente cuando la pareja nos quiere abandonar o nos ha abandonado.

Debemos como hombres entender que no se obliga a nadie a que nos ame, o mucho menos que quiera seguir estando con nosotros. Las relaciones de dos no pueden ser una tiranía impuesta por un abusivo o manipulador. Esa  conducta es inadmisible, sin importar que la ejecute el hombre o la mujer. 

De acuerdo a estadísticas mundiales, los crímenes pasionales son ejecutados la mayoría de las veces por hombres contra mujeres. El caso inverso ocurre; pero estadísticamente en un porcentaje muy inferior de mujeres que matan a sus parejas.

Reeducar nuestra manera de amar es necesario en los adultos. A los niños y niñas se les debe enseñar a amar sin apego, sin control. Tal como dice Virginia Satir “quiero amarte sin absorberte”. 

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