Después de atrapar al ladrón le llevan al obispo. Los policías que atraparon a Jean Valjean se sorprenden al escuchar del obispo que no es un ladrón y que agradece que lo hayan traído, porque dejó varias piezas de plata. Lo trató como si fuera honesto, encontró bondad en su alma y tuvo fe en la redención futura de este hombre.
Víctor Hugo, el autor de esta obra llamada “Los Miserables” nos dejó plasmada una poderosa técnica llamada reestructuración. Debemos ver las cosas de manera diferente y esa visión puede salvar vidas.
A nuestros hijos muchas veces le ponemos etiquetas o aceptamos las que otros le ponen. Nuestro mayor pecado es ser esclavos de etiquetas y tratar a nuestros hijos con esos prejuicios.
Hay que ver por debajo de las etiquetas y encontrar el genio que los maestros no ven como la mamá de Tomás Alba Edison, quien le dijo a su hijo entre lágrimas: “tu maestro me ha escrito y dice que eres un genio, que no hay quien te enseñe en la escuela. Me ha recomendado ser tu maestra”.
Edison se convirtió en un genio e inventor. Al morir la madre descubrió que la nota del maestro decía que el niño era un trastornado mental.
Confiar en nuestros hijos será la clave para que triunfen. Debemos ser consistentes con todos y mantener niveles de fe y de persistencia sobre todos, sin favorecer a unos sobre otros.