Una fuente aseguró que los miembros de la comitiva del Reino Unido tienen que tener en cuenta que su habitación de hotel estará vigilada, por lo que no es un “espacio privado”.
Expertos del Centro Nacional de Ciberseguridad, perteneciente al Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno del Reino Unido, hicieron una serie de advertencias al ministro de Asuntos Exteriores, James Cleverly, y a los funcionarios que le acompañaron en su primera visita en cinco años a China, reveló este jueves Daily Mail.
“Los servidores públicos deben esperar que su alojamiento esté cableado para sonido y vídeo. Su habitación de hotel no es un espacio privado”, explicó al periódico británico una fuente gubernamental.
También se les avisó del riesgo de las “trampas de miel”, esta es una clásica práctica de espionaje que consiste en que “mujeres glamurosas” se acerquen a objetivos desprevenidos, lo que puede exponerles a robos o extorsión.
La comitiva invirtió varias semanas para entrenarse antes de viajar al país asiático con el objetivo de no quedar expuesta a “intenciones nefastas”, ya que Londres considera que es probable que esta visita se vea como una “oportunidad de oro” para causar una situación embarazosa para el Reino Unido u obtener información valiosa.
Teléfonos ‘desechables’
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Asimismo, se aconsejó a todos los miembros de la delegación de la Cancillería británica que no llevaran sus propios teléfonos inteligentes ni ordenadores y que, en su lugar, utilizaran teléfonos ‘desechables’ que, posteriormente, serían destruidos debido a la presunta amenaza de programas maliciosos.
“Como es de esperar, estas visitas cuentan con amplias medidas de seguridad“, comentó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores británico, que recientemente fue blanco de un ataque exitoso por parte de presuntos piratas informáticos chinos.
Durante la reunión con su homólogo chino y con el vicepresidente de ese país, Wang Yi y Han Zheng, respectivamente, Cleverly abordó una serie de temas polémicos, entre ellos los derechos humanos, la cuestión de Taiwán y las sanciones a parlamentarios británicos.