República Dominicana se mantiene en tercer lugar dentro de los países receptores.

Santo Domingo, RD.- El recibir remesas familiares se mantiene como una importante fuente de ingresos para varios países de Centroamérica y el Caribe. Para octubre de 2019 los montos alcanzaron US$93,182 millones, para un aumento de 9.5%, es decir, unos US$8,228 millones más que los US$84,954 millones enviados el año anterior.

Este flujo de dinero se caracteriza por su creciente cantidad, por la presencia de un número significativo de actores y de actividades que se sustentan de las divisas, y por su impacto en el crecimiento económico y el desarrollo de las naciones receptoras.

México, Guatemala, República Dominicana y Colombia, con el 15.4% de los fondos recibidos, lideran los destinos receptores del dinero enviado por sus emigrantes, alcanzando unos US$14,419 millones de las remesas registradas por el Banco Mundial.

México continúa siendo el principal receptor de remesas de la región, con alrededor de US$38,655 millones a octubre de 2019. Recibió US$3,093 millones más respecto a los US$35,562 millones recibidos en todo 2018, para un aumento de 8.6%.

Guatemala, el segundo destino de las remesas de Centroamérica y el Caribe, recibió al décimo mes de 2019 unos US$10,696 millones, superando con US$1,205 millones, equivalente a un 12.6%, los US$9,491 millones recibidos en el año anterior.

En el caso de República Dominicana, las estadísticas recopiladas por el Banco Mundial establecen que sus ingresos por este concepto ascendieron a octubre de 2019 a US$7,359 millones. Este monto supera con US$545 millones, un 7.9%, los US$6,814 millones recibidos en el año anterior.

Mientras Colombia, con US$7,011 millones registrados a octubre 2019, superó con US$644 millones (un 10.1%) sus ingresos por remesas para el 2018, los cuales totalizaron US$6,367 millones.

En general, casi todos los países de la región tuvieron un mayor flujo de remesas a octubre de 2019 que lo que recibieron en 2018. El Salvador (US$5,609 millones) y Honduras (US$5,283 millones) registraron un 4.1% y un 10.5%, respectivamente, más al décimo mes de 2019.

En tanto que Haití (US$3,289 millones), Perú (US$3,255 millones), Brasil (US$3,180 millones) y Ecuador (US$3,169 millones) aumentaron en un 4.6%, 0.9%, 8.4% y 4.2%.

Las estadísticas del Banco Mundial reflejan que a Nicaragua, con unos US$1,654 millones; Panamá, con US$561 millones, y Costa Rica, con US$556 millones, registran aumentos en sus remesas de un 9.9%, un 4.2% y un 4.1%.

En el caso de Argentina, que registró a octubre de 2019 un total de US$524 millones y Venezuela, con US$289 millones, obtuvieron al menos un 3.3% y un 3.5% más que lo que habían recibido en el año anterior.

Menor dinamismo

Dentro de los países que registraron una disminución por este concepto se encuentran Bolivia (US$1,307 millones), Paraguay (US$618 millones) y Uruguay (US$102 millones) para unos -6.1%, -9.5% y -1.9% menos que lo que habían obtenido en 2018.

Chile, con US$65 millones recibidos a octubre de 2019, refleja un -1.5% menos que las remesas recibidas en el año anterior y, aunque haya obtenido una significativa entrada se ha convertido en emisor de remesas por la cantidad de emigrantes que trabajan y envían dinero desde allí a países como Haití.

La tendencia regional del aumento en los envíos de remesas mantiene su constancia, a pesar de que el crecimiento económico de las naciones receptores se manifieste incierto, según una publicación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

A través de su balance preliminar, la Cepal detalla que, en 2019, en contraste con años anteriores, 18 de 20 países, así como 23 de las 33 economías de ALC, presentan una baja en la tasa de crecimiento de su actividad económica.

El balance preliminar de las economías de ALC indica que “se presenta una desaceleración económica generalizada y sincronizada a nivel de los países y sus distintos sectores”.

Pero, también resalta que el ingreso por remesas de la región mantendrá índices similares de desenvolvimiento. Sin embargo, existe el potencial que haya un aumento alternativo de recursos externos también proveniente de emigrantes.

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Por El Dinero