La eventual muerte del exjefe paramilitar podría desatar una lucha armada, que se convertiría en “la principal forma de lucha popular”, advierte el excomandante guerrillero Joaquín Gómez.

El excomandante del Bloque Sur de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Joaquín Gómez, advirtió en una carta enviada al presidente Gustavo Petro sobre el riesgo que corre el exlíder paramilitar Salvatore Mancuso —quien regresó esta semana al país tras cumplir una condena por narcotráfico en EE.UU.—, porque podría ser asesinado para silenciar algunas revelaciones sobre las “delictivas andanzas” de ciertos sectores de la sociedad, por lo que pidió al mandatario evitar que esto ocurra.

“Señor presidente Petro, tome todas las medidas pertinentes para evitar lo previsible: que asesinen a Mancuso para que no hable ni cuente las delictivas andanzas de la ‘gente de bien’, como se autodenominan algunos de ellos”, señaló el exsecretario de las FARC en la misiva difundida por medios locales. Dijo, además, que “si se permite por negligencia o por complicidad que asesinen a Mancuso, indiscutiblemente la mortaja del finado estará tejida por los hilos de la necesaria paz total“.

El exjefe paramilitar colombiano Mancuso pasa por su primera audiencia tras su deportación de EE.UU.

El exjefe paramilitar colombiano Mancuso pasa por su primera audiencia tras su deportación de EE.UU.

Según el exjefe guerrillero, Mancuso representa un “peligro” “para el régimen económico y político colombiano”, ya que tiene “el pedazo de verdad” que hace falta para “armar el rompecabezas del conflicto colombiano en su época más reciente”. “Hasta la fecha, no aparecen, a simple vista, los autores intelectuales”, ni “los estrechos vínculos de altos dignatarios del Estado con los jefes paramilitares; ni los de esos jefes con los altos mandos militares; ni los de estos mandos con reconocidos políticos, ganaderos, terratenientes, empresarios, narcotraficantes”, explicó.

“Presidente Petro, tome todas las medidas para que no sea usted a quien le toque el triste papel de presidir este entierro de todas las esperanzas de un pueblo sufrido, que se atrevió a soñar en un mundo mejor, donde reine la soberanía y la equidad social y donde él mismo sea el arquitecto de su propio destino y construya su futuro del tamaño de su dignidad”, reiteró Gómez, diciendo que la eventual muerte de Mancuso podría desatar una lucha armada, que se convertiría en “la principal forma de lucha popular”.

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