Claudia S. de Windt, directora ejecutiva del Inter-American Institute on Justice and Sustainability, resalta la urgencia de proteger a esas especies que atraen turistas al país.

Santo Domingo.-La bahía de Samaná se ha consolidado como uno de los destinos más importantes del Caribe para el avistamiento de ballenas jorobadas, atrayendo a miles de visitantes cada año. Entre 800 y 900 ballenas jorobadas migran a estas aguas anualmente para reproducirse, y al menos 252 de ellas han sido identificadas por las autoridades locales.

Durante el primer trimestre de 2024, los santuarios marinos Banco de la Plata y Banco de la Navidad recibieron a 61,558 visitantes, de los cuales 20,891 fueron dominicanos y 40,667 extranjeros, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Mimarena). Este auge turístico no solo refleja el interés creciente por la observación de estos majestuosos cetáceos, sino también el impacto económico que genera en la región.

En ese sentido, Claudia S. de Windt, directora ejecutiva del Inter-American Institute on Justice and Sustainability (IIJS, LLC), destacó la importancia de este fenómeno natural y su contribución al desarrollo del ecosistema local. “El 80% de estas ballenas comparte nacionalidad con nosotros, el Estado dominicano”, afirmó De Windt.

No obstante, más interesante fue la analogía hecha por la experta, al destacar el valor económico de estas ballenas. “Cada una de estas ballenas jorobadas tiene un valor estimado de casi dos millones de dólares”, dijo. “Es fundamental que reconozcamos este valor y actuemos para proteger estos recursos”, sostuvo De Windt, quien también lamentó que “hay una labor pendiente en cuanto a la regulación y la promoción del turismo responsable”.

La presencia de las ballenas jorobadas no solo es crucial para el equilibrio del ecosistema marino, sino que también representa una fuente significativa de ingresos. El turismo en torno a la observación de ballenas se valora en US$3,000 millones a nivel global, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En República Dominicana, los visitantes que acuden a ver a las ballenas jorobadas pagan un promedio de RD$250. En consecuencia, se estima que las recaudaciones este año ascienden a más de RD$15 millones por concepto de observación.

Desafíos

De Windt advirtió sobre los desafíos que enfrenta la industria debido a la falta de regulaciones adecuadas y la explotación no sostenible de estos recursos. “Necesitamos utilizar de manera sostenible esta actividad para resolver problemas locales y promover otros productos relacionados. Las ballenas no solo atraen turistas, sino que también tienen un impacto positivo en el medio ambiente y la economía local,” agregó De Windt.

La relevancia de las ballenas jorobadas en Samaná va más allá del turismo. Estas criaturas son esenciales para la cadena alimenticia marina y contribuyen al desarrollo de un ecosistema saludable. La comunidad local y las autoridades garantizan que esta actividad se maneje de manera que beneficie a las ballenas y a las personas que dependen de ellas para su sustento.

Valor ambiental

Las ballenas jorobadas no son simples maravillas marinas. La estimación sobre el valor económico de uno de estos mamíferos se fundamenta en su aporte medioambiental. Al secuestrar carbono en el océano, pueden ayudar a la humanidad a combatir el cambio climático, un servicio ecosistémico que podría tener un valor de varios millones de dólares por ballena, según un análisis del FMI.

Cuando una ballena muere y su cadáver se hunde al fondo del mar, ese carbón almacenado se extrae del ciclo atmosférico durante cientos de miles de años, un sumidero de carbono en sentido literal. De hecho, un estudio es más específico sobre este tema. La publicación detalla que ocho tipos de misticetos, como las ballenas azules, las jorobadas y las Minke, trasladan en conjunto casi 30,000 toneladas de carbono al fondo del mar cada año cuando se hunden sus cadáveres. Si las poblaciones de grandes ballenas recuperaran el tamaño previo a la caza de ballenas comercial, los autores estiman que este sumidero de carbono aumentaría a 160,000 toneladas anuales.

Un informe de National Geographic también revela que las ballenas podrían desempeñar un papel crucial en la captura de carbono a lo largo de su vida, gracias a los excrementos de gran tamaño que expulsan. Las grandes ballenas se alimentan de organismos marinos diminutos como el plancton y el kril a gran profundidad, y luego suben a la superficie para respirar, defecar y orinar.

Estas actividades liberan en el agua nubes masivas de nutrientes, como nitrógeno, fósforo y hierro. Los denominados “tsunamis de caca” (poo-namis en inglés) fomentan el crecimiento del fitoplancton, algas marinas que absorben carbono del aire a través de la fotosíntesis.

Economistas citados por la publicación han calculado el valor monetario de esta captura de carbono basándose en el precio de mercado actual del dióxido de carbono, sumando este valor a otros beneficios económicos que aportan las grandes ballenas, como el ecoturismo. Según estas estimaciones, la población entera de grandes ballenas podría representar un activo de aproximadamente un billón de dólares para la humanidad.

Cuidado

De Windt, durante su participación en el Congreso Internacional de Finanzas y Auditoría (CIFA) y del Seminario Latinoamericano de Contadores y Auditores (Selatca), en conjunto con Asociación de Bancos Múltiples (ABA), destacó la necesidad de tomar medidas inmediatas para proteger a estas majestuosas criaturas. “Hay labor por hacer,” indicó, haciendo referencia a la falta de medidas adecuadas para garantizar su protección. Señaló que estas ballenas enfrentan un sinnúmero de amenazas relacionadas con el turismo no responsable y otras actividades humanas que ponen en peligro su supervivencia.

Un reportaje realizado por este medio cita como la construcción de dos puertos de cruceros en Samaná podría poner en riesgo la llegada de estos colosos del mar a República Dominicana. La CEO del IIJS, LLC expresó su preocupación por la falta de regulación en algunas industrias que, a pesar de la importancia de estas ballenas, continúan operando sin las medidas necesarias para proteger el ecosistema.

“Utilizan y monetizan esta fauna para resolver problemas y otros productos, incluso creando una ballena simulada”, mencionó De Windt, criticando prácticas que buscan explotar la imagen de las ballenas sin considerar el impacto ambiental.

La importancia de las ballenas jorobadas no se limita a su valor ecológico. De Windt destacó su papel crucial en la cadena alimenticia y en el desarrollo del ecosistema pesquero. “Contribuyen a que el ecosistema pesquero se desarrolle porque son parte de la cadena alimenticia”, afirmó, señalando que la captura y el tratamiento inadecuado de las ballenas pueden tener consecuencias devastadoras.

De Windt, durante el panel “Riesgos globales; Riesgos climáticos y ambientales”, advirtió que la explotación irresponsable y la falta de regulación podrían llevar a la desaparición de estas ballenas, afectando no solo al ecosistema, sino también a la economía local que depende de ellas.

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Por El Dinero