707 municipios en 29 prefecturas, considerados en riesgo recibieron instrucciones para revisar sus medidas de respuesta y planes de evacuación.

Japón emitió la semana pasada por primera vez un aviso de megaterremoto en la fosa submarina de Nanakai, después de que un fuerte sismo de magnitud 7,1 sacudiera las costas de la isla de Kyushu, al sur del país, causando confusión generalizada y una sensación persistente de preocupación entre la población sobre cuándo podría producirse la próxima sacudida.

Según la Agencia Meteorológica de Japón (JMA, por sus siglas en inglés), existía entre un 70 y 80 % de probabilidades de que se produzca un terremoto de magnitud 8,0 o 9,0 en la fosa de Nankai en los próximos 30 años, sin embargo, después del sismo del pasado 8 de agosto, la posibilidad es ahora “más alta de lo normal”.

La entidad aclara que la alerta no se trata de una predicción concreta del momento o lugar exacto en que vaya a producirse el megaterremoto. El sismólogo Naoshi Hirata, que dirige el grupo de expertos de la JMA, ha hecho un llamado a la población a mantenerse prudente y preparada.

Según los últimos informes de la JMA, hasta ahora no se ha encontrado ninguna actividad sísmica o tectónica anormal que pudiera indicar el inicio de un megaterremoto.

Tras el aviso, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, canceló su viaje a Asia Central, previsto del 9 al 12 de agosto, y anunció que dirigiría personalmente la respuesta del Gobierno y garantizaría las medidas preventivas y la comunicación con la población.

Asimismo, 707 municipios en 29 prefecturas, considerados en riesgo, recibieron instrucciones de la agencia de Gestión de incendios y Catástrofes para revisar sus medidas de respuesta y planes de evacuación. En este sentido, se ha hecho un llamado a la población a mantener la calma y proseguir con sus actividades cotidianas, mientras se aseguran el abastecimiento de víveres en caso de emergencia.

Confusión entre la población y turistas

Por su parte, los japoneses están gravemente preocupados ante la alerta. Algunas ciudades cerraron las playas y cancelaron los eventos planeados para la festividad de Obon, que tiene lugar del 13 al 16 de este mes.

De igual manera, muchos turistas ya han pospuesto sus viajes hacia y dentro del país insular. Los hoteles han reportado un aumento “significativo” de cancelaciones repentinas tras la emisión de la alerta, especialmente en las prefecturas de Miyazaki y Kochi, las más afectadas por el sismo del pasado jueves.

Se prevé que en caso de que se presente este episodio en la fosa de Nankai, podría generar un tsunami con olas hasta 34 metros en tres minutos, causando la muerte de hasta 323.000 personas, destruyendo más de dos millones de edificios y provocando daños económicos por más de 220 billones de yenes (1,5 billones de dólares) en amplias franjas de la costa japonesa del Pacífico.

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