El mandatario salvadoreño habló de su ideología, de las estrategias de seguridad y la llamada ‘guerra contra pandillas’.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, promocionó este jueves una entrevista exclusiva que le hizo TIME en la que aparece vestido de colores oscuros, según él “para parecer más ‘autoritario'”, en referencia a los señalamientos a su gestión y en respuesta a la portada de la revista que invita a sus lectores a leer cómo el mandatario “se convirtió en el autoritario más popular del mundo”.

En la entrevista, que fue realizada el pasado 25 de junio en la Casa Presidencial de San Salvador, el mandatario habló de distintos episodios de su carrera política, de su ideología que no es “ni de izquierda ni de derecha”, de las estrategias de seguridad y la llamada ‘guerra contra pandillas’, así como también sobre su poca estimación sobre la práctica del periodismo actual y la injerencia de otros gobiernos como los de EE.UU. y la Unión Europea contra su país.

Bukele, que fue reelecto en febrero pasado con 84% de los votos en unos cuestionados comicios porque en El Salvador no se permitía la reelección presidencial, también habló de sus esfuerzos para promocionar a su país como una nación global y actualizada, al adoptar el bitcóin como moneda de curso legal y ofrecerse como destino turístico por tener “las mejores playas de surf del mundo”, “uno de los mejores cafés del mundo” y “la mayor densidad de volcanes” del planeta.

Para el mandatario, lograr que El Salvador pueda promocionarse como destino turístico está estrechamente vinculado al llamado ‘Modelo Bukele’ de seguridad ciudadana que ahora buscan emular otros países de la región, que ven a la nación centroamericana como un “referente” de “mano dura” contra la delincuencia.

En ese sentido, destacó que a través de su ‘guerra contra pandillas’, El Salvador pasó de ser “el país más inseguro del mundo” y “la capital mundial de los homicidios”, a ser “100 % seguro”. Sin embargo, alega que él nunca quiso ser una referencia de “mano dura”, sino que la situación país lo obligó a tomar medidas drásticas, como suspender algunas libertades civiles al decretar el estado de emergencia, para enfrentar a la delincuencia y encarcelar a más de 81.000 presuntos criminales que mantenían asediadas a las comunidades.

Bukele señaló que la decisión de llevar a estos pandilleros a las cárceles no es para regenerarlos, porque a su parecer, después de matar, violar y cometer delitos violentos, se han convertido en personas “enfermas” que hay que sacar de la sociedad porque ya no pueden estar en la calles. Sin embargo, cree que lo ideal para evitar que estos delincuentes que en su mayoría fueron obligados a entrar en el círculo de la violencia, es que hubiesen sido atendidos por los gobiernos anteriores para que estudiaran y no cayeran en la criminalidad.

El mandatario salvadoreño también hizo comentarios sobre los recientes acercamientos de EE.UU. con su administración, tras las críticas y medidas tomadas por Washington contra su gobierno, y reconoció que la administración de Joe Biden ha enviado a El Salvador “una misión muy robusta”, como el secretario de Seguridad, “personas del Departamento de Estado, del Departamento de Comercio, de varias agencias. Incluso vino una misión bipartidista del Congreso y del Senado”.

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