Aun cuando las fallas eléctricas de esta magnitud han sido excepcionales en la capital, había tranquilidad en la población, que trataba de cumplir con sus rutinas.
La normalidad insistió en imponerse durante el apagón en Caracas y en varios estados de Venezuela, que desde la madrugada de este viernes dejó sin luz a buena parte de los venezolanos.
La jornada comenzó a media máquina en el centro fundacional de la capital, donde confluyen sitios de relevancia histórica como la Plaza Bolívar, la más importante de la ciudad; entes públicos, como la Cancillería, el Banco Central de Venezuela y el Ministerio de Finanzas, además de comercios y restaurantes.
Los empleados de las tiendas, restaurantes, cafés y oficinas públicas estaban a las afueras de sus sitios de trabajo, con las rejas de los comercios semicerradas, a la espera de que se restableciera el servicio eléctrico.
En una tienda de venta de ‘souvenirs’, muy cerca la esquina de Gradillas, y a pocos metros de la Catedral de Caracas, los encargados escuchaban las noticias por la radio y se lamentaban de que el apagón hubiera ocurrido precisamente un viernes de quincena, lo que suele garantizar algunas ventas.
Los caraqueños, que vivieron cortes de luz de esta envergadura en 2019, en esta oportunidad salieron a la calle para dirigirse a sus puestos de trabajo o para intercambiar información sobre lo ocurrido, puesto que la telefonía celular quedó sin señal desde la madrugada.
En la avenida Urdaneta, una importante arteria vial que comunica al oeste de la capital con el este, había circulación principalmente de transporte público. Debido a que los semáforos no funcionaban, fueron desplegados fiscales para indicarles a los conductores cuándo debían darle paso a los peatones.
Debido a la experiencia del apagón de 2019, algunos locales han instalado plantas eléctricas pero no representan la mayoría.
Los vendedores informales también levantaron sus puestos y ofrecieron sus mercancías, a pesar de que el pago electrónico también sufrió de interrupciones e intermitencias. En algunos comercios pusieron carteles donde se leía: “Solo por hoy se acepta únicamente efectivo”.
Debido a la experiencia del apagón de 2019, algunos locales han instalado plantas eléctricas pero no representan la mayoría. A pesar de esto, el personal estaba a las afueras, dispuesto a atender si el pago se hacía con dinero suelto.
En un negocio de venta de comida, una mujer hacía empanadas a la luz de una vela, mientras varios clientes esperaban a que las pusieran en el mostrador. Al lado, en una panadería, las personas se acercaban para preguntar si había café, que como suele prepararse con máquinas que requieren electricidad y agua, fue uno de los grandes ausentes en esta larga jornada.
Del mismo modo, la sede principal del estatal Banco de Venezuela, que posee una planta eléctrica propia, funcionaba sin grandes colas ni aglomeraciones. Su edificio queda a pocos metros de la Asamblea Nacional de Venezuela.
A las afueras de la Fiscalía venezolana se encontraban sus trabajadores, algunos esperaban parados y otros sentados en las aceras a que les autorizaran el ingreso a la torre donde está ubicada. En la Plaza El Venezolano, que queda en frente de la Casa Natal del Liberador, Simón Bolívar, había varias personas que esperaban conocer alguna noticia más detallada sobre la magnitud del evento ocurrido, mientras que otras rechazaban este tipo de acciones que afectan a los venezolanos.
Aun cuando las fallas eléctricas de esta magnitud han sido excepcionales en Caracas, había tranquilidad en la población, que trataba de cumplir con sus rutinas. La falta de energía también representa la suspensión del servicio de agua potable.
La razón del apagón
La mañana del viernes, el titular de Comunicación e Información, Freddy Ñáñez, aseveró que la razón del apagón había sido un “ataque criminal” en contra del sistema eléctrico nacional.
Por su parte, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, indicó: “En este momento, ya comienza a energizarse la red y empiezan a recibir energía eléctrica algunos sectores de Caracas; eso es un proceso que va ocurriendo poco a poco y en medio de la seguridad, para no caer en errores”.