El ataque fue cometido en octubre de 2022 en la residencia familiar, donde irrumpió David DePape, de entonces 42 años.

David DePape, encarcelado por el ataque con un martillo en 2022 contra Paul Pelosi, marido de Nancy Pelosi –expresidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU.– ha sido condenado este martes a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, informan medios estadounidenses.

DePape, de 44 años, actualmente cumple una sentencia de 30 años de prisión por los hechos tras ser encontrado culpable por un jurado federal. Sin embargo, la decisión de hoy se desprende de un juicio estatal separado. Ambas penas se ejecutarán simultáneamente.

Los abogados del agresor aseguran que, si bien los cargos penales y estatales no son los mismos, se derivan de un mismo acto y, por tanto, es como si a DePape lo estuvieran incriminando dos veces por el mismo hecho. La defensa pidió que se le concediera un nuevo juicio, moción que fue denegada por el juez, quien desestimó algunos de los cargos estatales, pero mantuvo otros que no estaban contemplados en el caso federal, recoge la agencia AP.

La cadena perpetua recién impuesta se produce luego de haber sido declarado culpable en junio de encarcelamiento falso de un anciano mediante violencia o amenaza, robo residencial, amenazar a un familiar de un funcionario público, disuasión de un testigo mediante la fuerza o amenaza y secuestro agravado. Un mes antes, un jurado federal lo había condenado a 30 años por intento de secuestro de un funcionario o empleado federal y de agresión a un familiar directo de un funcionario federal.

Los hechos

El ataque fue cometido el 28 de octubre de 2022 en la residencia familiar, donde irrumpió el atacante, de entonces 42 años, a través de una puerta trasera de vidrio y entró en una habitación en busca de Nancy Pelosi, que no estaba en el lugar. Al percatarse de que no se encontraba allí, dijo que se quedaría en la casa hasta que llegara.

Mientras tanto, intentó atar a Paul Pelosi, quien logró llamar al 911 para pedir ayuda. Sin embargo, fue golpeado varias veces en la cabeza y los brazos, por lo que tuvo que ser hospitalizado e intervenido quirúrgicamente.

En una carta leída en el tribunal por su hija, Paul pidió la pena máxima para su agresor, señalando que el “último sueño tranquilo” que había tenido terminó abruptamente cuando DePape entró a su casa e irrumpió en su dormitorio. Señaló que el incidente lo dejó con una placa de metal en la cabeza y daños en los nervios de la mano izquierda. Desde entonces sufre de mareos y el dormir le evoca el recuerdo del ataque.

Durante su juicio federal, DePape, quien según la defensa tiene problemas de salud mental, admitió que planeaba tomar como rehén a Nancy Pelosi, grabar su interrogatorio y “romperle las rótulas”.

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