Santo Domingo.-A casi un año del disturbio tropical que desató inundaciones devastadoras en la capital, que resultaron en la trágica muerte de 15 personas, los moradores de Manoguayabo expresan su creciente preocupación y descontento por la desatención de las autoridades.
El 18 de noviembre de 2023, cinco miembros de una familia, incluidos un niño de cinco años, perdieron la vida en la Cañada de Arroyo Bonito cuando su vehículo fue arrastrado por la corriente. Ante la inminente llegada de fuertes lluvias, los residentes se sienten desprotegidos, ya que únicamente unas barandillas metálicas son la única barrera entre ellos y la posible crecida de la cañada.
Los comunitarios, entre ellos comerciantes y familias afectadas, han alzado su voz para exigir soluciones efectivas a la problemática de las inundaciones. “Estamos cansados de la desatención. Necesitamos que las autoridades se hagan cargo de las calles y de la situación que enfrentamos”, afirmó Roberto Lantigua, comerciante de la zona. Otros residentes, como Esmeralda Jean y Félix Ramón Paredes, coinciden en la necesidad urgente de acciones por parte del gobierno.
Además, muchos vecinos se niegan a abandonar sus hogares a pesar de vivir en áreas de alto riesgo. “No podemos irnos, esta es nuestra vida”, comentaron Tirso Ramírez y Esperada Jean, resaltando la conexión emocional que tienen con su comunidad, a pesar del temor constante.
Deslizamientos y más pérdidas
La tragedia no se limitó solo a la Cañada de Arroyo Bonito. En otras partes del sector, residentes también han perdido la vida debido al desbordamiento de cañadas y deslizamientos de tierra que han sepultado hogares. Con cada temporada de lluvias, el miedo se apodera de los habitantes, que esperan respuestas y soluciones duraderas.
Los llamados a la acción se hacen más urgentes, y los comunitarios están listos para movilizarse en busca de la atención que consideran merecen. “Queremos vivir en paz y seguridad”, concluyó Tony Rivera, uno de los afectados.
En medio de la incertidumbre, la comunidad de Manoguayabo continúa esperando que las autoridades escuchen su clamor y actúen antes de que sea demasiado tarde.