El regreso de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. bajo la política de “Pongamos América Primero” traerá importantes desafíos para América Latina, especialmente para la República Dominicana. Esta política implica endurecimiento migratorio, proteccionismo comercial, reducción de inversión extranjera y un enfoque menos cooperativo en temas ambientales.
En términos de migración, se espera un aumento en las deportaciones. Sin embargo, las remesas dominicanas no deberían verse afectadas debido a la situación legal estable de la mayoría de los inmigrantes dominicanos en EE.UU.
La política comercial se orientará desde el nearshoring hacia el onshoring, desplazando la producción a territorio estadounidense. Esto supone una dificultad para las exportaciones dominicanas, especialmente en sectores de zonas francas, y nuevos proyectos, como el de semiconductores, que dependen de los mercados de EE.UU.
En cuanto a la inversión y cooperación económica, es probable que se reduzca la cooperación en proyectos de desarrollo, afectando los planes de inversión especialmente en infraestructura.
En política ambiental, el enfoque de Trump hacia la explotación de combustibles fósiles aumenta los riesgos para países caribeños vulnerables al cambio climático, como la República Dominicana.
La diplomacia de Trump se caracteriza por un enfoque personalista, favoreciendo relaciones bilaterales con países alineados a sus intereses. En la región vamos a tener grandes ganadores (Argentina, El Salvador, Panamá) y perdedores (Brasil, Colombia, Chile). La República Dominicana podría beneficiarse si logra una buena relación estratégica, pero deberá ser cautelosa en sus decisiones.
Finalmente, debido a las restricciones institucionales y a su prolongada edad, Trump no podrá buscar un tercer mandato, limitando su capacidad de implementar cambios drásticos a largo plazo y posiblemente transformándose en un lame duck (un presidente con limitado poder de influencia dado que no tiene la posibilidad de reelección) después de las elecciones de medio término en 11/2026.
El regreso de Trump a la presidencia representa una combinación de desafíos y oportunidades para República Dominicana, que deberá actuar con prudencia para maximizar sus beneficios y minimizar los riesgos.