Las administraciones presidenciales estadounidenses tienen la costumbre de dificultar el trabajo de sus sucesores tomando una serie de decisiones en sus últimos meses en la Casa Blanca.

La administración del presidente estadounidense, Joe Biden, ya se está preparando para la transmisión del poder al presidente electo, Donald Trump, que tomará posesión el 20 de enero de 2025.

Sin embargo, a pesar del traspaso de poder de apariencia tranquila por un lado, y de las garantías de Biden de una “transición pacífica y ordenada”, hay otra cara de la transición que pretende dificultar al máximo el funcionamiento del nuevo gobierno e impedir que cambie la agenda. El fenómeno es conocido como la ‘regulación a medianoche’ y generalmente está marcado por una intensa actividad reguladora.

‘Regulación a medianoche’

El término ‘regulación a medianoche’ apareció en 1980 durante el periodo de la transición del poder por la administración del 39.º presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, que durante el periodo transitorio aprobó más leyes que de costumbre y tomó múltiples decisiones regulativas antes de la investidura del republicano Ronald Reagan.

Así, este fenómeno ya se convirtió en una costumbre de las administraciones que dejan la Casa Blanca, muchas de las cuales promulgaron el triple de normas en el último trimestre de su mandato que en los trimestres anteriores.

Esto complica el funcionamiento de la administración que llega al poder, ya que los actos que se aprueban pueden estar relacionados tanto con la agenda internacional como con la regulación de una agencia controlada por el presidente. Además, es bastante difícil derogar estas leyes. Así, solo es posible anular urgentemente las normas económicamente importantes en los 60 días siguientes a su adopción. En otros casos, solo el Congreso podrá revocar una normativa.

De Carter a Reagan, de George Bush a Clinton 

Al dejar la Casa Blanca, Carter promulgó 172 normativas, a las que Reagan, que llegó a la Presidencia en 1981, tuvo que hacer frente. Por su parte, el republicano George H. W. Bush, antes de entregar el poder a la administración democrática de Bill Clinton, publicó 43 normas no legislativas frente a las 27 del mismo periodo del año anterior.

De Clinton a George W. Bush

No obstante, el presidente más conocido por sus decisiones y acciones durante el periodo de la ‘regulación a medianoche’ es Clinton, que emitió 102 normas no legislativas en los últimos meses de su presidencia.

Al mismo tiempo, el 42º presidente de EE.UU., al abandonar la Casa Blanca, dejó a su sucesor con equipamiento que no funcionaba, muebles rotos, documentos importantes del despacho presidencial esparcidos por el suelo y teclados de computador a los que les faltaba la letra ‘W’, necesaria para escribir el nombre del nuevo presidente George W. Bush.

A petición de los republicanos, el Departamento de Estado de EE.UU. incluso llevó a cabo una investigación especial sobre la condición en que fue dejada la Casa Blanca.

¿Qué hicieron administraciones anteriores?

Mientras tanto, según la estadística del centro de Estudios Regulatorios de la Universidad George Washington, se puede ver el auge significativo en el número de leyes publicadas por varias administraciones estadounidense en el último año de su mandato. El grafico refleja el número de leyes principales que los organismos federales presentaron a la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EE.UU. durante cada año presidencial. De acuerdo con la Ley de Revisión del Congreso, una ley principal es una ley que puede producir un efecto anual de 100 millones de dólares sobre la economía, un aumento significativo de los costes o los precios o efectos adversos económicos significativos.

¿Por qué lo hacen?

Algunos expertos han señalado que la regulación de medianoche no se debe solo al deseo de fastidiar a su sucesor. Así, Jack M. Beermann, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Boston, sugirió que este aumento de la actividad legislativa de las administraciones estadounidenses puede deberse a una “prisa” por terminar el trabajo que temen que las nuevas autoridades puedan detener o suspender.

“También existe la sensación de que las administraciones salientes están motivadas por la creencia de que sus políticas son superiores a las de la entrante y que a esto se suma la motivación para terminar todo lo posible antes de la transición”, indicó Beermann.

Otra razón podría ser que el proceso medio de elaboración de normas en EE.UU. dura 4 años, lo que explica el aumento del número de leyes aprobadas al final del mandato de 4 años de un presidente. Este hecho también puede explicar que a menudo se produzca un aumento de la actividad de la administración saliente, incluso cuando el partido político en el poder sigue siendo el mismo.

¿Cómo Biden puede frustrar los planes de Trump?

La administración Biden ya entró en el periodo de la ‘regulación a medianoche’. El mandatario actual, en su primer discurso a la nación desde que Trump venciera en las elecciones, aseguró que daría instrucciones a su administración para garantizar una “transición pacífica y ordenada”.

Se espera que Biden utilice el conflicto ucraniano para complicar las actividades de la administración Trump. El demócrata podría acelerar la transferencia de ayuda a Ucraniainforma Reuters, citando fuentes en la Casa Blanca. Según el medio, Biden planea transferir ayuda por valor de 9.000 millones de dólares a Kiev antes de dejar el cargo en enero. Trump repetidamente criticó la ayuda multimillonaria estadounidense a Ucrania, indicando que Washington “sigue dándole miles de millones de dólares a un hombre [Vladímir Zelenski] que se niega a llegar a un acuerdo”.

Incluso si Biden y su equipo aprueban decenas de normativas durante el traspaso de poderes, no será difícil para Trump derogarlas, dado que los republicanos ganaron las dos cámaras del Congreso, y es probable que apoyen al presidente electo si decide derogar algunas decisiones de su predecesor.

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