Santo Domingo, RD.- El confinamiento oca­sionado por el coronavi­rus le ha dado a la estelar voleibolista Bethania de la Cruz la oportunidad de compartir con su familia como nunca antes lo había hecho.

El día 11 de abril estu­vo presente en el décimo cumpleaños de su hijo Fer, una actividad que a menu­do se pierde por sus com­promisos como refuerzo en las principales ligas del mundo.

Estar 24-7 con los suyos en casa nunca le fue posi­ble ni cuando retornaba a finales de abril procedente de Italia, Japón, Turquía, Corea, Indonesia o Rusia, naciones donde ha presta­do sus cotizados servicios en los últimos años.

“Y así me la paso aquí, compartiendo con mi hi­jo, jugando dominó, vien­do los Power Ranger, ha­cemos ejercicios juntos y muchas actividades que normalmente tampoco podíamos”, declara.

“Nunca me había sen­tado en la parte de atrás del apartamento y en es­tos días ese ha sido uno de los lugares que más hemos disfrutado”, revela.

“He tratado de tomarlo con calma. No estoy como mucha gente desesperada por la situación. Yo necesi­taba descanso y a pesar de la situación me ha caído bien”, indica.

Una de las actividades que mayor satisfacción le ha dado a “Bethy”, como le llaman sus compañeras, es que tiene a Fermín y a Fer comiendo a la carta el par de veces que se acerca al mediodía a la cocina du­rante la semana.

“Hay veces que mi hijo me dice ´mami, me gusta­ría que me hagas tal cosa´ y yo lo hago porque me gusta complacerlo ahora que tengo el tiempo”, ex­presa la imparable salido­ra de la selección nacional.

“Cuando vengo al país normalmente comemos la comida de mi mamá por­que vivimos cerca y no ten­go que hacerlo por obliga­ción”, aclara.

“Nunca había hecho una habichuelas con dulce y me quedaron bien”, apunta so­bre el postre que, mayor­mente, los dominicanos con­sumen en Semana Santa.

Gastronomías
Una trotamundos que, en calidad de refuerzo o con la selección nacional, ha esta­do en una veintena de paí­ses, también ha disfrutado de las principales gastrono­mías.

Entre todas, Bethania, quien también tiene un buen saque cuando se sien­ta en la mesa frente al me­nú, se inclina por la de Italia y la de España.

De la italiana prefiere las pastas, mientras que de la española a las paellas. Am­bas las ha incorporado a su arsenal.

“Hago bastante pastas, pastelones, me encantan. Las paellas también las he hecho, no tanto para mi hi­jo, sino para mi esposo y yo.

Él come de todo, o sea no hay una comida que no le guste”, señala sobre Fermín, quien asegura que ella es tan buena en la cocina co­mo en la cancha.

”Mi hijo es el de menos apetido. Fer come mucho pizzas, hamberguers, burri­tos…lo que prefieren los ni­ños de mal comer, que nor­malmente no consumen ensaladas. Él es uno de ellos”, subraya.

“Me gusta mucho la co­mida con coco”, dice sobre un arte que degusta desde que tiene uso de razón por­que su madre Fidelina Peña es nativa de Samaná.

Su compañera Bráyelin Martínez también elogia la calidad de Bethy en la cocina.

“Bethania tiene unas ma­nos mágicas para cocinar. En especial ese locrito que ella sabe hacer. Cuando le echa ese salami, esa longa­niza, ese cuerito, ustedes no se imaginan. Es como una mezcla de sabores explo­tando en mi paladar. Es al­go exquisito, delicioso, su­culento”, destaca Bráyelin.

 MISCELÁNEOS
Rutina ante el Covid-19

Ocio
Como suelen acostar­se bien entrada la ma­drugada viendo pelí­culas, se levantan pa­sadas las 9:00 de la mañana.

En la tarde
Luego del almuerzo, descansa un poco, lee libros sobre motiva­ción personal y educa­ción financiera; ayuda al niño con las tareas escolares virtuales que le asignan el colegio.

No se descuida
De lunes a viernes ha­ce una hora de ejerci­cios. Trota 20 minutos y el resto del tiempo lo dedica a ejercicios al­ternativos para fortale­cer el hombro del que una vez fue operada.

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