Santo Domingo, RD.-Antes de haberse decretado la cuarentena a nivel nacional para contener la propagación de la pandemia del covid-19, Julio César Benjamín llevaba una rutina de trabajo estricta. Debía levantarse a las 3:00 de la mañana para transportar pasajeros hasta el Distrito Nacional.

Tras la paralización del transporte interregional, Benjamín y su esposa se las arreglan con lo que su hija les pueda enviar desde Estados Unidos, en donde la pandemia también golpea con fuerza.

Estados Unidos había reportado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) 1,525,186 infectados con el coronavirus y un total de 91,527 muertes, hasta este viernes 22 de mayo. República Dominicana, en cambio, reporta 13,989 infectados, con 456 defunciones, según el último boletín del Ministerio de Salud Pública sobre la pandemia. La provincia Duarte acumula el 5.52% de los casos (773 afectados) y el 18.42% de la muertes (84 víctimas mortales).

“Dejé de trabajar 15 días antes de que decretaran la cuarentena porque le estaba haciendo unos arreglos a mi vehículo, y desde ahí ya no he podido dar `un golpe más` (…) ahora dependo de ella (…). Intenté entrar al programa Quédate en Casa, pero no soy elegible”.

Para muchas familias francomacorisanas, las remesas enviadas por sus familiares representaron un soporte económico significativo con el cual abastecerse de las provisiones necesarias, además de cumplir con el pago de renta y otros servicios.

Según datos aportados por el Banco Central, la provincia Duarte captó un 5.1% del total de dinero enviado desde el exterior durante el primer trimestre de este 2020, es decir, US$86.9 millones de los US$1,703.2 millones recibidos, muchos de esos ingresos con destino a San Francisco de Macorís como municipio cabecera.

Duarte es la cuarta provincia que más recibe remesas después del Distrito Nacional, Santo Domingo y Santiago, obteniendo en promedio un 4.85% de lo que llega al país cada año.

Karina Domínguez, administradora de la banca K&D Servicios, ubicada en la Avenida Libertad, también se benefició de las remesas. Aunque aclara que rara vez le envían remesas porque trabaja independiente, su madre le tuvo que girar US$90 (unos RD$5,000) desde Nueva York, con lo que pudo pagar el alquiler de su hogar, mientras disponía de sus ahorros para suplir sus necesidades y las de su hija.

“No he producido un peso porque no estoy trabajando, o sea, que yo he estado sujeta a lo que me quiera dar mi familia, que, gracias a Dios, no me ha desamparado, y lo poquito que yo tenía para saldar el mes de marzo”, señala.

Marzo, mes complicado para retirar los envíos.

El cierre de la mayoría de los comercios durante el mes de marzo dificultó para algunos retirar el dinero de las agencias de remesas, en especial en San Francisco de Macorís que, al ser la primera demarcación con transmisión comunitaria del virus, los negocios tomaron medidas más estrictas.

“En principio se me hizo difícil (retirar) porque mi madre puso el dinero por Western Unión y ellos (los empleados de la empresa) no estaban trabajando. Ellos abrieron hace poco, según mi conocimiento, pero yo duré un mes sin poder ir a buscar el dinero. Incluso, mi madre tuvo que depositarme otra vez en Caribe Express porque ellos sí estaban trabajando”, resalta Jadelmi Díaz.

Joselin Martínez, dueña de una tienda de ropa de segunda mano, manifiesta que retiró US$400 enviado por su esposo hace dos semanas porque, sumado a los inconvenientes que tuvo su pareja tras ser suspendido de su empleo como taxista de Uber en Nueva York, “yo le tenía miedo a la gente”.

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Por El Dinero