En caso de una epidemia de gripe porcina o SARS, el país disponía de 1.700 millones de mascarillas. Pero luego se tomó la decisión de deshacerse de equipos de protección en reserva.
Francia quemó 1.600 millones de mascarillas protectoras antes de la epidemia de coronavirus, ya que las autoridades consideraron que eran innecesarias, informa The Times.
En un momento, el país disponía de 1.000 millones de mascarillas quirúrgicas y 714 millones de mascarillas FFP2 de alto rendimiento, que filtran el 94 % de las partículas, en preparación y en caso de una epidemia de gripe porcina o SARS.
Pero cuando se descubrió que estas enfermedades eran menos mortales de lo que se pensaba, se tomó la decisión de deshacerse de equipos de protección en reserva, reseña el medio.
Cuando el SARS-CoV-2 llegó a Francia este invierno, el personal de una base militar en el este del país “estaba quemando obedientemente cientos de miles de mascarillas faciales“, señala el periódico.
Las incineraciones fueron parte de un programa de ahorro para agotar las existencias estatales de 1.700 millones de mascarillas protectoras que habían alcanzado su punto máximo en 2011.
De estas maneras, cuando el brote de covid-19 golpeó a Francia, se descubrió que solo quedaban 117 millones de máscaras. Entonces, las autoridades se vieron obligados a intentar comprar mascarillas en el mercado abierto, pero solo pudieron obtener 14 millones por semana cuando se necesitaban 40 millones.
El escándalo vio colapsar la popularidad del presidente Emmanuel Macron, según aseguró Pierre Giacometti, analista de encuestas de opinión.
“La manipulación con las mascarillas realmente dañó su imagen”, afirmó Giacometti. “La gente tiene la impresión de que él no tenía una visión clara de lo que estaba haciendo e intentó ocultarles la verdad”.