Una pérdida nos puede producir duelo. Lo más conocido como causa de duelo son las muertes de seres queridos como hijos, padres, hermanos, amigos y otros familiares. Negación, rabia, depresión, aceptación y resolución son de las fases que transita el duelo.
Pérdidas económicas, separaciones amorosas, separaciones familiares, abandono familiar, infidelidades, perder la salud, perder el honor: pueden desencadenar el ciclo del duelo y sus fases.
Lo irónico en el tema del duelo es como se disfraza cuando la persona no lo vive como duelo normal y lo resuelve. Algunos muestran que una pérdida no les afectó tanto en el momento y el duelo se prolonga. Luego pasados los meses o los años pueden aparecer síntomas que afectan la salud física, mental o sexual, producto de un duelo no resuelto.
Hemos visto personas que tras años de una o varias pérdidas, sin haber resuelto su duelo: pueden debutar con síntomas físicos como cefaleas frecuentes, trastornos del sueño, síntomas de ansiedad, entre otros.
Otras personas pueden perder el apetito sexual y dañar sus relaciones de pareja y no ver la conexión entre el duelo no resuelto y los síntomas sexuales o los conflictos de pareja.
El duelo cuando no se resuelve, puede presentar manifestaciones psicológicas como depresión y ataques de ansiedad.
En la práctica se ve cómo algunas personas pueden tener duelos múltiples o una pequeña racha de pérdidas que se superponen y agravan el estado emocional de los afectados.
Desde la Terapia Familiar Sistémica siempre vemos los problemas en un contexto integral. Tomamos en cuenta el contexto Familiar y social y le damos mucha importancia a las relaciones ya que parte de nuestros síntomas son producto de las interacciones que tenemos con los demás y de nuestra habilidad o no de tener relaciones justas y equitativas.
Nuestras relaciones donde hay manipulación y explotación nos provocan malestar y síntomas. Si el duelo se vivencia en un contexto relacional, familiar o de pareja que no muestre empatía, apoyo y reconocimiento del duelo y sus etapas: es posible que el duelo se prolongue y se presenten síntomas.
El abordaje sistémico toma en cuenta el contexto y aspectos claves de la historia familiar y características del holón individual.