El pasado domingo, un agente de policía disparó al menos 7 veces por la espalda a un hombre negro supuestamente desarmado, hecho que desencadenó múltiples protestas, disturbios y saqueos en esa región estadounidense.

Este 24 de agosto, la Policía usó gas lacrimógeno para dispersar a una multitud de manifestantes que salió a las calles durante la segunda noche de protestas en Kenosha (Wisconsin), que empezaron después de que el pasado domingo un agente disparara al menos 7 veces por la espalda a un afroamericano supuestamente desarmado.

Los participantes en las protestas se reunieron este lunes cerca del edificio de la corte del condado.

En la zona se registraron enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden: la multitud arrojó pirotecnia, botellas y otros objetos hacia los agentes, y estos respondieron con gas lacrimógeno.

Horas antes, el gobernador del estado de Wisconsin, Tony Evers, anunció el despliegue de 125 integrantes de la Guardia Nacional en Kenosha, cuya tarea es “proteger la infraestructura y asegurarse de que nuestros bomberos y otros (profesionales) involucrados estén protegidos”.

El tiroteo ocurrió alrededor de las 17:00 del domingo de la hora local mientras los agentes respondían a un “incidente doméstico”.

La víctima, identificada como Jacob Blake, de 29 años, fue hospitalizada en estado grave. Las imágenes de los hechos, que rápidamente se volvieron virales, muestran al ciudadano caminando hacia una camioneta seguido por dos oficiales, cuando uno de ellos abre fuego contra él en el momento en que la víctima abría la puerta del vehículo. Se realizaron al menos siete disparos. Según el abogado Ben Crump, que representa a la familia de Blake, el hombre se encuentra estable.

El Departamento de Policía de Kenosha no dio explicaciones sobre las causas del tiroteo. El lunes, el Departamento de Justicia del estado dijo que los oficiales involucrados en el incidente habían sido puestos en licencia administrativa.

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