La crianza de los adolescentes comienza en la niñez y será una continuación lógica de lo que hicimos cuando eran pequeños. Si hemos criado niños malcriados, obscenos, irrespetuosos y rebeldes: eso tendremos cuando sean adolescentes.
Si como padres hemos sido de poca autoridad, manejados por los niños, discutidores e ineficaces: eso mismo seremos como padres de adolescentes.
Debemos criar hijos e hijas responsables. Eso debe empezar en la niñez. Hay que asignarles tareas, que organicen cuando sean pequeñitos, que participen de cualquier necesidad en la familia que requiera su colaboración.
Se le deben asignar tareas diarias y exigirles que cumplan con sus tareas escolares o las que se requieran de cursos o actividades extras que realicen: como música, pintura, danza, ajedrez y deportes.
La vagancia y ociosidad de los adolescentes los convierten en irresponsables. Los padres deben motivar a los hijos, negociar con ellos y tener autoridad, sin necesidad de maltratarlos.
