La familia es un espacio donde crecen los hijos y crecemos los adultos como padres. Las crisis llegan en diferentes momentos y requieren asistencia profesional.
El paso de un ciclo a otro en la familia crea síntomas.
En la adolescencia se dan crisis de identidad y la proximidad a la adultez puede dar crisis: por la cercanía de la emancipación, que puede crear síntomas en jóvenes dependientes e inseguros.
Sumado a los cambios de la familia se agregan problemas complejos en la relación de pareja que pueden desequilibrar la salud mental y el espacio seguro de los hijos.