Cansado y agobiado por el arduo día laboral, molidos los músculos de la espalda tras manejar todo un día, se dirige Esteban a su casa. No ha visto a sus hijos. Los dejó durmiendo al madrugar para su trabajo.
Discutirá con su mujer y no querrá oír quejas de sus hijos, porque debe madrugar para un nuevo viaje.
Estrella, con diez años casada le ha perdido el gusto a la intimidad. Tiene dos trabajos y un marido que nunca logra conseguir uno. Ella suple los gastos de la casa, lleva los hijos al médico, cocina y limpia el hogar.
Su apuesto esposo tiene una amante y casi no colabora en la casa. Maneja el vehículo que compró Estrella. Ella aún no sabe manejar y todavía resuelve con motoconchos cuando el marido no la puede buscar.
José y Sarah son dos chicos de 15 y 17 años. Han vivido en un hogar con violencia. Su padre golpea a su madre y a ellos también.
Desean ver que su padre deje de golpear a su frágil madre que ya no puede visitar a su familia ni a sus amistades. Su papá es muy celoso. Nunca se sabe el día en que explotará y provocará el dolor en la familia.
El estrés familiar requiere solución. Afecta el desarrollo escolar y psicológico de los hijos. También afecta la intimidad y provoca disfunciones sexuales.
Tanto estrés provoca olvidos y fallos de memoria. En ocasiones se presentan ataques de ansiedad y diversas enfermedades psicosomáticas.