La familia y la pareja ayudan a conjurar la soledad, pero ¿qué decir cuando la relación con ellos es causa de dolor y sufrimiento?
La familia es dinámica y la relación de pareja también. Cada vez que la familia pasa de un ciclo a otro, hay la posibilidad de que se presenten crisis o atascos.
No es lo mismo una pareja de recién casados sin hijos, que pueden disfrutar sin tener la intrusión de los hijos que una pareja con dos hijos pequeños, que se enferman o que tienen miedo de dormir solos, y que despiertan en las noches y le roban el sueño a sus padres.
Cuando los hijos se hacen adolescentes vienen nuevos retos en la crianza. Hay que lidiar con su proceso de definición de su persona, sus dudas, conflictos y las adecuaciones que los padres deben hacer en la forma de disciplinar a un adolescente que es diferente a educar a niños.
En determinadas etapas de la pareja y de la familia, se presentan conflictos y puede haber mucho sufrimiento y dolor.
Comprender que los pasajes de una etapa a otra requieren que las personas hagan reajustes y que sean comprensivos de los cambios.
Son de mucha importancia en la Terapia Familiar la aparición de eventos como enfermedades, muertes, y problemas económicos.
Determinados eventos pueden desequilibrar una relación de pareja que estaba funcionando bien o se pueden crear situaciones de conflictos con los hijos, cuando hay estrés en algunos miembros de la familia.