La ola de indignación en la sociedad china obligó a las autoridades del país a abrir de nuevo el caso, en el que los culpables recibieron condenas de entre dos y tres años de cárcel.
Una ola de indignación pública en China provocó la repetición del juicio a los condenados por el asesinato de una chica de 22 años en la provincia de Shandong. Fang, el apellido de la víctima, estuvo casada durante seis meses después de que la familia de su esposo pagara por ella unos 20.000 dólares, de los que 15.000 el padre del marido los tuvo que pedir en préstamo.
El matrimonio fue una tortura para Fang. El marido y sus padres le propinaban regulares golpizas, le hacían pasar hambre y durante el invierno le impedían entrar en el domicilio a pesar del frío que hacía en el exterior.
La culminación de estos malos tratos llegó el 31 de enero del 2019, cuando la mujer murió como consecuencia de una nueva paliza que le propinó su marido. Según el informe forense, Fang estaba desnutrida en el momento de su muerte.
Los acusados del asesinato afirmaron durante el interrogatorio que Fang tenía un desarrollo mental lento que le impedía realizar las tareas domésticas. También aseguraron que antes de la boda la mujer tuvo relaciones con otro hombre y abortó, por lo que no podía tener hijos.
En enero del 2020 la corte condenó a los culpables por malos tratos, aplicando a la sentencia un atenuante por ser los acusados familiares de la víctima, tal y como contempla la legislación china. El marido de Fang y sus padres recibieron penas de entre dos y tres años de cárcel, a pesar de que la acusación pedía de cinco a siete años. Sin embargo, la sentencia del marido fue suspendida y solo entrará en prisión si comete otro delito.
Una de las razones que expresaron los jueces para justificar la indulgencia de la condena fue que los culpables fueron honestos en sus declaraciones y porque pagaron voluntariamente a los familiares de la mujer asesinada una compensación de poco más de 7.600 dólares.
La condena provocó una ola de indignación en la sociedad china. En Weibo, una popular red social de este país, la historia fue leída más de 420 millones de veces el miércoles. Los usuarios acusaron al sistema judicial y lamentaron la violencia doméstica en China. “¿Cuál es el método más barato para matar a una mujer? Casarse con ella”, escribió uno de los usuarios.
Ante la reacción social el poder judicial decidió reabrir el caso a partir del próximo 27 de noviembre debido a los defectos de la primera sentencia, informó la prensa china.