La explosión de una casa rodante aparcada en el centro de la ciudad dejó tres heridos e interrumpió las telecomunicaciones, lo que paralizó los vuelos del aeropuerto local.

Steve Fridrich, un agente inmobiliario de Nashville (Tennessee, EE.UU.), ha contado al canal local WSMV TV que el FBI lo interrogó preguntando si el hombre investigado en relación con la explosión de una casa rodante de color blanco en el centro de la ciudad el día de Navidad tenía “paranoia con el 5G”.

Fridrich contactó con el FBI luego de que los agentes identificaran al posible sospechoso —cuyo nombre, según filtraciones de los medios, es Anthony Quinn Warner, residente del vecindario Antioch de Nashville—, porque un hombre con el mismo nombre había hecho trabajos de informática para él durante varios años.

Los vecinos contaron a los reporteros que una casa rodante parecida a la que estalló el viernes llevaba semanas aparcada cerca de la casa de Warner. El FBI se negó a pronunciarse sobre el tema debido a una investigación en curso, pero una fuente confirmó a WSMV que, entre otras pistas y teorías, los agentes están comprobando si el sospechoso tenía paranoia por el uso del 5G para “espiar a los estadounidenses“.

El propio Fridrich, sin embargo, afirmó que Warner nunca le había hablado sobre el 5G y describió al hombre como un ‘techie’ que “no molestaba a nadie”. Otro vecino, Tony Rodríguez, comentó a The Wasington Post que nunca había hablado con el hombre y no sabía cómo se llamaba. Las pocas veces que lo vio, el vecino estaba arreglando una antena y limpiando detrás de su casa, que tenía varios letreros que rezaban ‘No pasar’ y advertencias alrededor de la zona.

Entre otras teorías, los agentes investigan si el sospechoso se inmoló en el vehículo, contaron a The Wasington Post y CBS News personas familiarizadas con el asunto, ya que en el lugar de los hechos hallaron restos humanos en los que ahora se están realizando pruebas de ADN. El FBI afirma que por el momento no hay indicios de que exista el riesgo de explosiones adicionales.

La detonación del vehículo aparcado en el centro de Nashville dejó tres heridos e interrumpió las telecomunciaciones, paralizando los vuelos del aeropuerto de la ciudad. La Policía local calificó la explosión como un “acto intencional”, mientras que el alcalde John Cooper declaró que fue un “ataque” contra la comunidad con la intención de “crear el caos y miedo en esta temporada de paz y esperanza”.

Inicialmente los policías acudieron al lugar por reportes de disparos cerca del edificio del operador de telecomunicaciones AT&T, cuando observaron que la casa rodante emitía una grabación con un aviso de que una bomba estallaría en 15 minutos. Los agentes evacuaron los edificios contiguos y llamaron a la unidad antiexplosivos. El vehículo estalló poco después.

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