La pandemia ha sido una oportunidad para diversificar el negocio con visitas

Hatillo, Azua RD.- El Rancho Caprache, un proyecto que se inició con la crianza de cabras en 2016 para rescatar la genética lechera, se ha convertido en un atractivo para el turismo familiar, donde los niños y sus padres, en una visita guiada, pueden tener contacto directo con ese tipo de animales.

Durante la visita al rancho, ubicado en la comunidad de Hatillo en Azua, los niños pueden darles de comer a las cabras pequeñas que se alimentan con leche en biberón, además de que aprenden sobre el proceso de la crianza.

Así lo explicó el administrador del rancho, Daniel Costache, quien resaltó que los padres se sienten felices al ver a sus niños que, aunque al principio se acercan con miedo, al término de la visita lloran por permanecer en el lugar.

“Los infantes pueden estar en el campo con aire limpio y contacto directo con los animales de forma gratuita, ya que no se paga entrada. Este proceso despierta mucho interés en los niños que viven en la ciudad”, dijo.

Debido al alto potencial turístico del rancho y el alto número de personas que lo visitan, el Ministerio de Turismo ha realizado acercamientos, con el objetivo de promocionar el proyecto como una experiencia turística.

Según Costache, como en el país se ha perdido el interés por la crianza de ese tipo de animales, comenzaron a rescatarlos con genética lechera, importando los padrotes de alta genética desde Estados Unidos y creando un pie de cría, con el cual iniciaron la reproducción.

La zona Sur del país tiene un gran potencial para la crianza de pequeños rumiantes, pero hace falta apoyar a la comunidad para transformarla en una zona lechera, debido a que el mercado demanda ese tipo de productos. “Si se logra que la producción aumente, crecerá la demanda”, añadió.

El administrador del rancho afirmó que hace falta apoyo del Estado para brindar el acceso a animales de alta producción a las personas para que puedan comprarlos, criar y producir leche para comercializar.

“Al principio no teníamos animales de alta producción y tuvimos que ir mejorando su genética. Ahora tenemos 168 cabras y cinco padrotes (machos cabríos) y las hembras producen un litro y medio diario, pero queremos que haya animales que produzcan tres litros de leche”, especificó.

Queso artesanal

“El año pasado empezamos tímidamente con la producción de queso de cabra de forma artesanal, porque todo empieza con una idea, un concepto, pero uno no sabe si eso funciona o no hasta que llegue al público”, destacó Costache.

En el rancho se procesa la leche y hacen queso de cabra de diferentes variedades, dentro de las que se encuentran el feta, el queso crema, chèvre y el cream cheese. Además, fabrican dulce de leche. Sin embargo, aunque los productos tuvieron éxito y gustaron, las ventas registraron una caída de más del 80%, debido a que Caprache solo le suple a algunos restaurantes y estos cerraron por las medidas impuestas por el Gobierno para frenar el covid-19.

Explicó que por la baja en las ventas y la caída de sus ingresos, tuvieron que reinventarse y se les ocurrió la idea de abrir las puertas al público.

“Aunque no éramos una finca de recreo, sino que solo era una finca de trabajo, le abrimos las puertas al público y tuvimos la sorpresa de que las personas tenían el interés de acercarse”, dijo.

Luego el proyecto comenzó a conocerse y debido al incremento en el número de visitantes, limitaron las entradas y comenzaron a recibir personas por reservas, para poder hacer el recorrido y vender sus productos.

El administrador del proyecto indicó que como aún están iniciando y necesitan desarrollarse, están construyendo y terminando una planta de procesamiento, que les permitirá recibir más personas.

Caprache trabaja en la creación de una terraza donde los turistas se puedan sentar y haya una tabla de queso para que vayan probando las diferentes variedades y la puedan alternar con un buen vino.

Destacó que hasta el momento están vendiendo sus productos los fines de semana durante las visitas al rancho y en varios puntos de venta ubicados en Santo Domingo.

“Por ahora tuvimos que limitar las visitas porque la producción nuestra está toda cubierta y tenemos mucha demanda y poco producto”, resaltó.

Sistema

El Rancho Caprache cuenta con un sistema de crianza estabulado, donde se preñan las cabras por cinco meses y luego que dan a luz, las crías se quedan los primeros cinco días con la madre y después van a un lugar en donde son alimentadas con leche en polvo.

Luego de dos a tres meses de nacidas, pasan al corral de crecimiento, donde esperan que llegue a un peso de 30 a 35 kilos, el cual es el ideal para la primera preñés.

Costache afirmó que el proyecto es autosuficiente, ya que siembran las hierbas que utilizan para alimentar a las cabras y usan el estiércol como abono para el campo.

Explicó que para la creación de los diferentes tipos de queso, las cabras son ordeñadas dos veces al día. Sin embargo, no se les puede cambiar la rutina, porque es un animal muy sensible.

“Por ejemplo, si el muchacho no viene a la hora que tiene que empezar a ordeñarlas, ya ellas se ponen nerviosas y comienzan a llamarlo”, puntualizó.

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