Los agentes también habrían amenazado al militar con arruinar su carrera si denunciaba lo ocurrido.
Caron Nazario, un teniente del Ejército de EE.UU. de 27 años, demandó la semana pasada a dos oficiales de la Policía de Windsor (Virginia) por haberle rociado con gas pimienta en la cara y haberle amenazado durante una parada de tráfico, informa The New York Times.
El incidente tuvo lugar el 5 de diciembre de 2020. Nazario se dirigía en su todoterreno hacia la ciudad de Petersburg cuando vio que desde atrás un coche patrulla le hacía señales con las luces para que se detuviera. Como le daba medio pararse en un lugar oscuro, Nazario, que es negro y latino, siguió conduciendo hasta que un kilómetro y medio más adelante encontró un lugar iluminado en el aparcamiento de una gasolinera. El demandante se paró, colocó el teléfono filmando en el salpicadero y acto seguido vio como dos agentes se le acercaban gritándole y apuntándole con sus pistolas.
En la grabación de la cámara corporal de uno de los oficiales se oye que Nazario se niega a salir de auto, afirmando que “honestamente tiene miedo” de hacerlo. Uno de los policías, Joe Gutierrez, responde: “Sí, debería tenerlo”.
Varios segundos después, Gutierrez rocía con gas pimienta la cara de Nazario, mientras este permanece sentado con las manos arriba y tosiendo por culpa del esprái, y les pide que comprueben que su perro, que estaba en la parte trasera del vehículo, no se está asfixiando por culpa del gas pimienta. El militar pregunta repetidamente por qué le han obligado a detenerse, a lo que los agentes le responden que el motivo era que no tiene la matrícula en regla. Nazario explica que había comprado el auto hacía poco y que aún está esperando la placa. Posteriormente lo esposan. Cuando llegan los médicos, el otro oficial, Daniel Crocker, se acerca al teniente y le culpa de lo sucedido.
“Lo que hubiera sido una parada de tráfico de dos minutos se convirtió en todo esto”, dice el policía, que agrega: “No quiero lastimarte y sé que tú no quieres lastimarme”.
Por su parte, Nazario explica que antes en situaciones similares se detenía en áreas bien iluminadas y nunca había tenido ningún problema. “Nunca me había pasado que al mirar por la ventanilla viera inmediatamente armas apuntándome”, dice.
Finalmente Gutierrez permitió que Nazario se fuera, a condición de que no “protestara ni discutiera”. El demandante acusa a los agentes de amenazarle con acusarle de varios delitos que podían acabar con su carrera militar si mencionaba los hechos.
Nazario acusa a los oficiales de registrar ilegalmente su automóvil, usar fuerza excesiva y violar los derechos que le otorga la primera enmienda a la Constitución de EE.UU., que prohíbe impedir solicitar una compensación por agravios gubernamentales, y pide un millón de dólares de compensación.