Conforme a un grupo de astrofísicos, en los agujeros negros en rotación se puede crear un campo eléctrico que acelere las partículas para obtener radiación y rayos cósmicos.

Registrado en enero de 2019, el enorme brote de rayos gamma GRB 190114C liberado por un agujero negro demuestra que ese fenómeno puede ser fuente gigantesca de energía, sostienen los autores de un estudio publicado el pasado jueves en la revista Astronomy & Astrophysics.

Los eventos de ese tipo pueden alcanzar una luminosidad similar a la de todas las estrellas observables del Universo. Aunque “se ha pensado que los estallidos de rayos gamma son impulsados por agujeros negros de masa estelar”, el mecanismo que los desencadena fue siempre “desconocido”, indica un comunicado del Centro Internacional para la Red de Astrofísica Relativista (ICRANet, por sus siglas en inglés).

Una nueva teoría permite explicarlo con un modelo de hipernova nacida de la colisión de dos estrellas, una de las cuales está constituida por carbono y oxígeno mientras la otra es de neutrones. En ese caso, las partículas se aceleran a lo largo de las líneas del campo magnético heredado de la estrella de neutrones. Dicho campo extrae la energía rotacional de la ergosfera del agujero negro.

“Un agujero negro en rotación, al interactuar con el campo magnético circundante, crea un campo eléctrico que acelera los electrones del ambiente hasta resultar en radiación de alta energía y rayos cósmicos de energía ultra alta”, según se describe el proceso en el comunicado. 

En cuanto a los rasgos más importantes de esta “nueva máquina”, ICRANet señala que la naturaleza de las emisiones depende del “proceso físico que lleva a la formación de los campos eléctrico y magnético y del agujero negro”. No es continuo sino discreto, aunque se repite a períodos tan cortos que actualmente no podemos distinguirlos.

 

Autor

Comparte la Noticia: