Un estudio estima que las rocas que superan los 580 ºC pueden liberar agua, la cual desencadena sismos y al mismo tiempo impulsa la formación de esas gemas.
Un nuevo estudio científico sugiere que la presencia de diamantes a gran profundidad en la Tierra podría explicar por qué ocurren terremotos en el interior de nuestro planeta, asegurando que estos temblores se desencadenan cuando las rocas extremadamente calientes liberan agua y debilitan a otras rocas a su alrededor.
El trabajo, publicado la semana pasada en la revista AGU Advances, parte de una hipótesis previa sobre los terremotos superprofundos y explora la posibilidad de que el agua almacenada a cientos de kilómetros debajo de la superficie terrestre pueda ser el factor responsable por este fenómeno.
Una explicación anterior —aunque parcialmente desestimada a raíz de las dudas sobre la posibilidad de que haya agua a 300 kilómetros bajo la tierra— sugiere que los fluidos en el manto terrestre podrían debilitar a las rocas a su alrededor y provocar sismos. En la zona de transición del manto, el área que divide el manto superior del inferior, ocurren algunos de los terremotos más intensos jamás registrados.
Agua en el abismo de la Tierra
Los investigadores revisaron de manera más detallada la causa de la posible presencia de agua en ese lugar, y consideraron la manera en que el agua podría permear las placas tectónicas, infiltrándose en los grandes bloques de varias maneras.
Entre estas posibilidades, conjeturaron que el agua podría estar atrapada en los minerales que se formaron como roca fundida, que el sedimento húmedo se acumula a medida que los bloques atraviesan el fondo oceánico, o bien que el agua se filtra hacia el interior de los bloques cuando estos se doblan y se fracturan.
Temperatura límite
Los científicos luego determinaron que, una vez que algunas rocas dentro de los bloques superaban los 580 grados centígrados, su capacidad de retener el agua disminuía, precisando que, en teoría, tales temperaturas serían alcanzadas a medida que el bloque se acercara al núcleo de la Tierra.
Así, concluyeron que cuando el agua sale de la roca podría quebrantar a otras rocas a su alrededor, provocando los movimientos telúricos. Y supusieron que el agua expulsada por las rocas, rica en minerales, impulsaría el proceso de formación de los diamantes.
Los expertos añadieron que, sin embargo, es necesario realizar nuevos estudios sobre este tema para comprender completamente el mecanismo de los terremotos profundos provocados por fluidos, aunque señalaron que su nueva teoría se integra fácilmente en las teorías predominantes en materia de actividad superprofunda.