El pasado domingo, los talibanes le dieron un ultimátum de rendición al líder del Frente de Resistencia Nacional. Ahmad Masud, a su vez, abogó por negociaciones y aseguró que sus seguidores están listos para luchar.

Los talibanes* tomaron el control de tres distritos en el norte de Afganistán y se acercaron al valle de Panjshir, región ubicada a unos 120-150 kilómetros de Kabul y considerada el epicentro de la concentración de fuerzas de la resistencia.

Reuters había informado que los distritos de Bano, Deh Saleh y Pul e-Hesar fueron tomados por los combatientes de la resistencia la semana pasada, en lo que sería una de las pocas señales de oposición a los talibanes, después que ese movimiento lograra el control del país a mediados del presente mes.

Sin embargo, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, escribió este lunes en su cuenta de Twitter que estos recuperaron el control de todos los distritos. Poco después, desde ese movimiento declararon que habían rodeado la base opositora en el valle de Panjshir y la tenían sitiada.

Unos 9.000 combatientes

El valle de Panjshir es el lugar de concentración de las fuerzas lideradas por Ahmad Masud, formadas en su mayoría por exintegrantes del Ejército afgano y de servicios especiales constituidos durante la ocupación estadounidense. La región fue antes bastión de los combatientes que, bajo la dirección del héroe nacional Ahmad Shah Masud —padre de Ahmad Masud—, se opusieron a los militares soviéticos en la década de 1980 y luego a los talibanes ya antes de 2001. Ahmad Shah Masud fue asesinado por los terroristas de Al Qaeda unos días antes de que se perpetraran los ataques del 11 de septiembre en EE.UU.

Ahmad Masud advierte a los talibanes que se toparán con su firme resistencia si intentan atacar el valle del Panjishir

Ahmad Masud advierte a los talibanes que se toparán con su firme resistencia si intentan atacar el valle del Panjishir

La semana pasada, Ahmad Masud, de 32 años, aseguró en un artículo de opinión para The Washington Post que está “listo para seguir los pasos” de su padre, junto con los combatientes muyahidines “que están dispuestos a volver a enfrentarse a los talibanes”, y afirmó que disponen de “almacenes de municiones y armas”.

El portavoz del Frente de Resistencia Nacional, Ali Maisam Nazary, declaró a AFP que cuentan con el apoyo de aproximadamente 9.000 personas.

Además, Nazary señaló que el exprimer vicepresidente Amrullah Saleh, que se autoproclamó el pasado martes como presidente interino de Afganistán, se encuentra en Panjshir. “Optó por quedarse en el país y no huir”, afirmó, aunque no confirmó que Saleh forme parte del Frente de Resistencia Nacional. “Es antitalibán y antipaquistaní. Esto no significa que sea parte del movimiento”, indicó.

Ultimátum

El pasado domingo, los talibanes dieron a Masud cuatro horas para rendirse. “Si se rinden dentro del tiempo estipulado, todo estará bien. De lo contrario, los castigaremos”, afirmaron.

Masud destacó que “la única manera de avanzar es a través de negociaciones”. “No queremos que una guerra estalle”, agregó. No obstante, aseguró que sus seguidores están listos para luchar en caso de una ofensiva del Talibán en la región. “Quieren defender, quieren luchar, quieren resistir contra cualquier régimen totalitario”, destaсó.

Petición de apoyo a Occidente

En cuanto al apoyo extranjero, Masud pidió en su artículo que “los amigos de Afganistán en Occidente intercedan” por ellos, y afirmó que “millones de afganos comparten sus valores”. “Hemos luchado durante mucho tiempo para tener una sociedad abierta, una en la que las chicas puedan convertirse en doctoras y nuestra prensa reportar libremente, donde nuestros jóvenes puedan bailar y escuchar música o asistir a partidos de fútbol en estadios que fueron utilizados por los talibanes para ejecuciones públicas”, y agregó que esa confrontación puede repetirse pronto.

Masud afirmó que EE.UU. y sus aliados todavía pueden hacer “mucho” para ayudar a esa causa. “Son la única esperanza que nos queda“, destacó.

Entretanto, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, manifestó que la situación afgana amenaza “potencialmente” con una nueva guerra civil y reiteró que Moscú no planea intervenir en ese conflicto.

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