Este negocio representa un alivio económico, pero el alza del precio de los productos ha provocado aumento del costo al consumidor.

Santo Domingo, RD.-El negocio del helado artesanal o “helado en fundita”, como es conocido, no solo se ha convertido en un emprendimiento tradicional que genera ingresos extras a decenas de hogares dominicanos, sino que es una opción para quienes residen en sectores populosos de República Dominicana y que pasan mayor tiempo en casa.

Desde hace años forma parte de la gastronomía dominicana. Aunque no existe fecha exacta de su introducción, han transcurrido más de cuatro décadas desde su comercialización entre las personas de menores ingresos económicos. El clima tropical del país favorece este tipo de productos, pues a ‘mayor calor su demanda incrementa’.

Así lo afirma Carmen Rosario, propietaria de un centro de belleza. “Mija, desde que ese calor se ‘pone en su buena’ (aumento de la temperatura) un heladito de tamarindo o coco y batata caen ‘como anillo al dedo’”, comenta entre risas.

Como ella, son muchos los dominicanos que al consumir este refrescante postre recuerdan con añoranza su infancia.

Rentabilidad

Su alta rentabilidad, aceptación generacional y poca inversión hacen de este negocio “apetecible”, ya que su ganancia sea poca o mucha representa un alivio económico para muchas familias. En cuanto a su local, la mayoría los vende en su casa o los distribuye en las calles.

Es el caso de Ana Otero (Chiky), que con la llegada de la pandemia del covid-19 a República Dominicana, en marzo de 2020, sirvió de impulso para, junto a su esposo Manuel González, echar a andar el negocio de helados caseros, como una fuente de ingresos extras. Para entonces, apenas contaban con un capital de RD$2,000 y una nevera, indispensable para su comercialización.

Este electrodoméstico, con un 81.3%, está entre los bienes más frecuentes que poseen las familias dominicanas, por ser un artículo básico durable en la casa, conforme a la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar 2018). Es decir, tener una nevera de 20 pulgadas, cuyo costo mínimo promedia RD$10,300 puede ser el primer paso para atreverse.

La propietaria de “Chiky Helados” cuenta que gracias al apoyo de su cónyuge, quien distribuye el postre por medio de un motor, han podido pasar de vender “como 10 unidades a los propios vecinos” a facturar 250 helados diarios a más de 50 clientes fijos. Sin embargo, la emprendedora resalta que en ocasiones la venta aumenta.

Su venta diaria, hasta ahora, equivale a RD$5,000. Llevado a 25 días, excluyendo los sábados, suma RD$125,000. Cifra que supera el sueldo mínimo privado (entre RD$11,900 y RD$21,000) y los ingresos mensuales de algunos profesionales.

Monto inferior al costo promedio de la canasta básica familiar, que a junio del año pasado alcanzaba los RD$38,419.01, según el Banco Central. Para los hogares más pobres, el costo básico a cubrir fue de RD$22,636.27.

Esa situación hace que comerciantes como Otero y González se vean en la necesidad de tener más de una fuente de ingresos. Muchos recurren a la informalidad y otros al sector laboral formal.

Alza de precios

La emprendedora explica que la unidad la vende a RD$20, sin importar el sabor a elegir, pero excluyendo el servicio de envío que cuesta RD$50. Inicia a las 8:00 de la mañana y finaliza a las 6:00 de la tarde todos los días, excepto los sábados.

La carestía de algunos productos que utiliza para la elaboración de estos ‘helados en funditas’, fruto de la inflación, hizo que le aumentara al producto RD$5, al pasar de RD$15 a RD$20 la unidad. Es por ello que su pedido mínimo son 10 unidades.

“Si es menos de 10 unidades la persona nos escribe por Instagram a @chiky_helados o por nuestro WhatsApp y pasan por la casa a retirarlo”, expresa Otero, residente en Gazcue, zona aledaña al Palacio Nacional, en el Distrito Nacional.

No obstante, en otros sectores, como el caso de Los Girasoles, este producto es vendido a un precio más bajo (oscila entre RD$15 la unidad y a dos por RD$15), pero su venta es a menor escala.

Los sabores más demandados son coco, batata y “morir soñando”. Sin embargo, los de tamarindo, chinola (todos naturales) y chocolate, también son pedidos, aunque en menor medida.

Calidad

Para la elaboración de sus productos la comerciante suele comprar al por mayor en lugares como mercados de abasto, donde los precios de las frutas y comestibles son más asequibles. Sin embargo, no antepone la calidad al momento de utilizar los ingredientes contenidos en su preparación.

Comenta que entre 150 cocos, un quintil de batata, 1,000 chinolas y otras frutas y materiales que usa para elaborar los helados invierte alrededor de RD$10,000 mensuales. Esto incluyendo el azúcar, cuya libra cuesta entre RD$28 y RD$33.

“El monto puede variar, según la temporada, porque el costo de las frutas tradicionales como mango, chinola, tamarindo o limón suelen variar de precios”, enfatiza.

Meta

La meta de los emprendedores es ampliar el negocio y tener su propio local en donde las personas puedan ir y conversar mientras disfrutan de un tradicional “helado en fundita”.

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Por El Dinero