La empresa farmacéutica supuestamente pagaba hasta 300 dólares a cada recluso para someterse a pruebas con el fin de determinar si la sustancia era segura para usar en el talco.

El gigante farmacéutico estadounidense Johnson & Johnson habría ayudado a financiar un experimento en una prisión de Pensilvania en la década de 1970 en el que se inyectaba asbesto, un grupo de minerales relacionado con el cáncer de pulmón, a varios prisioneros, en su mayoría afroamericanos, para determinar si la sustancia era segura para usar en el talco elaborado por la compañía.

Johnson & Johnson crea y declara de inmediato en quiebra una compañía para endilgarle el peso de los litigios por su talco para bebés

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Según documentos obtenidos y publicados este lunes por Bloomberg, la empresa participó en unas controvertidas pruebas llevadas a cabo por el doctor Albert Kligman, un dermatólogo de la Universidad de Pensilvania cuyos experimentos en humanos han sido ampliamente condenados como brutales y poco éticos.

Para llevar a cabo el ensayo, en 1971 Kligman reclutó a 10 prisioneros de la cárcel de Holmesburg para inyectarles tremolita y asbesto crisotilo, junto con una inyección de talco en la parte baja de la espalda. Como recompensa por su participación, se le pagaba a cada interno entre 10 y 300 dólares.

Sin embargo, muchos de los voluntarios resultaron gravemente heridos y experimentaron efectos secundarios. Uno de ellos fue descrito por su hija como un “monstruo” por las deformaciones que sufrió como consecuencia de las pruebas.

Compañía en el centro de la polémica

Si bien los experimentos eran de conocimiento público y estaban vinculados al Gobierno de EE.UU. y a la empresa química Dow, esta es la primera vez que la participación de Johnson & Johnson sale a la luz.

“Lamentamos profundamente las condiciones en que se realizaron estos estudios, y de ninguna manera reflejan los valores o prácticas que empleamos hoy”, manifestó un portavoz de la farmacéutica.

Asimismo, J&J enfrenta miles de demandas luego de que surgieran acusaciones de que algunos de sus productos que usan talco a menudo se encuentran contaminados con asbesto, lo que representa un peligro para los consumidores.

Para hacer frente a las acusaciones, la firma creó en octubre del año pasado una compañía, la cual fue declarada inmediatamente en quiebra, para endilgarle el peso de los litigios por su talco para bebés. Esta maniobra legal, conocida como ‘quiebra tejana de dos pasos’ tiene como objetivo desviar hacia la nueva estructura todas las obligaciones que puedan aguardar a J&J como resultado de cualquier demanda u otras acciones jurídicas.

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