Los 200 marines que llegaron a la planta siderúrgica bajo el mando de Serguéi Volynski estuvieron en “dependencia alimentaria” del regimiento Azov y no recibían suficientes alimentos ni agua, afirmó el militar.
El comandante en funciones de la 36.ª Brigada de Marines de las Fuerzas Armadas ucranianas, Serguéi Volynski, apodado ‘Volyna’, describió este lunes cómo se vivieron a lo interno los últimos días del asedio de las Fuerzas Armadas rusas a la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariúpol.
Según el militar, que ahora está bajo cautiverio ruso, los combatientes ucranianos enfrentaron grandes dificultades con los suministros de soporte. En los últimos días de la defensa “no quedaba nada, había solo restos de munición, armas ligeras, había problemas no resueltos con el agua, la comida, el equipo, la moral de los soldados, etc.”, señaló Volynski y agregó: “Había muchos heridos, había muchos muertos”.
Volynski llegó a Azovstal junto con unos 200 subordinados. En la planta, su formación cayó en “lo que se conoce como dependencia alimentaria” con respecto al regimiento Azov, afirma el oficial. Sostiene que el mando de Azov suministró a los marines comida y agua, pero no en cantidades suficientes, por lo que los subordinados de Volynski estaban “muy desnutridos”.
“No había suficiente comida, ni siquiera para sobrevivir, por no hablar de que teníamos que soportar un gran esfuerzo físico”, dijo el comandante.