Se estima que el escualo prehistórico, que vivió hace más de 23 millones de años, medía más de 20 metros de largo.

Un equipo internacional de investigadores descubrió que los tiburones blancos pudieron haber contribuido a la extinción del megalodón (‘Otodus megalodon’), una especie de escualo gigante que vivió hace más de 23 millones de años.

De acuerdo a los expertos del Instituto Max Planck (Alemania), es probable que ambas especies cazaran a las mismas presas; por lo que la competencia por el alimento pudo haber sido uno de los factores determinantes que llevaran al tiburón prehistórico, que llegaba a medir hasta 20 metros de largo, a su extinción.

El hallazgo vino después de que los científicos analizaran los isótopos de zinc encontrados en la enameloma dental (el recubrimiento de los dientes) de ejemplares de tiburón del Mioceno temprano (hace entre 20,4 y 16,0 millones de años) y del Plioceno temprano (hace entre 5,3 y 3,6 millones de años), y los compararan con los de los tiburones modernos para dar cuenta del nivel trófico que ocupan, descubriendo que ocupaban el mismo lugar en la cadena alimentaria.

Comparación de piezas dentales de un megalodón y un tiburón blancoInstituto Max Planck

Según detallan los académicos, el estudio de la dieta de los animales extintos puede brindar gran cantidad de “pistas sobre su estilo de vida, su comportamiento, su evolución y, en última instancia, sobre su extinción”.

Posteriormente, los expertos estudiaron las proporciones de isótopos de zinc en los dientes de megalodón del Plioceno temprano, del Mioceno temprano, así como en los tiburones blancos contemporáneos y modernos, con lo que pudieron determinar el impacto que estas especies tuvieron en los ecosistemas prehistóricos y entre sí.

Lamniformes

Científicos admiten que aún no saben cómo era en realidad el megalodón, al descartar los resultados de estudios anteriores

“Nuestro nuevo estudio muestra que el rango dietético del gran tiburón blanco del Plioceno temprano es muy similar al del megalodón, lo que indica que nuestros datos no contradicen la hipótesis de la competencia”, comentó Kenshu Shimada, coautor de la investigación, publicada recientemente en la revista Nature.

Sin embargo, a pesar de que los resultados de los análisis indican cierta superposición de las presas cazadas por ambos escualos, apuntó Shimada, reconoció que es necesario continuar con las investigaciones para profundizar en el impacto que la competencia entre ambas especies tuvo sobre las poblaciones de megalodón.

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