En la medida en que vienen los hijos, crecen y se convierten en adolescentes, el rol de padre y madre es absorbente.
Se puede descuidar la relación de pareja y enfriarse la intimidad y pasión.
Al llegar a hijos adultos y el nido vacío se presenta: en algunas parejas puede ocurrir tanta lejanía como cónyuges que al terminar con hijos adultos se pueden divorciar o separar.
Hay que darle espacio a la relación de pareja con salidas románticas y reenamorarse, en especial en la etapa del Nido Vacío, cuando la pareja vuelve a estar sola, ya que los hijos han estudiado, trabajado o casado.