La fundadora y editora del portal Space Policy Online, Marcia Smith, sostiene en un artículo que durante el segundo mandato de Donald Trump como presidente de EE.UU. podrían ocurrir cambios significativos en las actividades espaciales del país, debido a la alianza política del republicano con el multimillonario Elon Musk.
En la primera Administración de Trump se realizaron iniciativas relacionadas con el sector espacial, incluidas la creación del programa de exploración lunar Artemis y la modernización de las regulaciones espaciales comerciales en la Administración Federal de Aviación y el Departamento de Comercio.
Otras medidas que se llevaron a cabo en su primer mandato son la creación de la Fuerza Espacial de EE.UU., así como el restablecimiento del Comando Espacial estadounidense. De acuerdo con Smith, estas acciones se debieron en gran medida al liderazgo del entonces vicepresidente Mike Pence al frente del Consejo Espacial Nacional.
Vuelos tripulados a Marte, una de las prioridades
El director del Instituto de Política Espacial, Scott Pace, señala que una continuidad en las políticas que se desarrollaron en la primera Administración de Trump causará que se realicen lanzamientos de “misiones estadounidenses a la Luna y Marte”, los cuales darán forma a un “entorno internacional” en beneficio de los intereses del país.
Por su parte, el presidente de Commercial Space Technologies, George Nield, indica que hay una probabilidad de que se lleve a cabo al menos “una nueva revisión del programa Artemis, ya sea para acelerarlo o incluso para saltear la Luna y centrarse en Marte”.
En su campaña a la presidencia, Trump declaró que desea que EE.UU. llegue a Marte antes de que concluya su segundo mandato. Anteriormente, Elon Musk informó que el lanzamiento de las primeras naves no tripuladas al planeta rojo tendrá lugar en 2026 y, en caso de éxito, enviará a los primeros humanos dos años después.
¿Cambios en el programa espacial?
Smith explica que hay interrogantes sobre si los viajes a Marte representarán una carga más para el saturado programa de vuelos espaciales de la NASA o si remplazarán al programa Artemis. Asimismo, se pregunta si la próxima transición presidencial podría afectar a los planes de la agencia espacial, puesto que existen antecedentes que confirman que así podría ser.
La especialista subraya que el determinante de los éxitos del programa espacial de EE.UU. dentro de los próximos cuatro años residirá en el presupuesto que se le asigne. Sin embargo, es posible que algunos programas de observación terrestre de la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) puedan sufrir recortes presupuestarios, dado que el presidente electo es un negacionista del cambio climático.
Musk, ¿un posible desestabilizador?
Trump designó a Musk para encabezar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés); sus tareas consistirán en recortar el gasto público innecesario y desmantelar la burocracia gubernamental. No obstante, algunos críticos del empresario temen que pueda utilizar su puesto para modificar regulaciones ambientales para llevar a cabo los lanzamientos de la nave Starship o influir en las adjudicaciones de contratos de la NASA y el Pentágono en favor de su compañía, SpaceX.
También se tienen dudas de si los objetivos del organismo que dirigirá Musk entrarán en conflicto con el Consejo Espacial Nacional. Por otro lado, el profesor John Logsdon afirma que Musk podría ser una influencia desestabilizadora en las actividades espaciales. “El espacio fue un área de estabilidad política durante la primera Administración de Trump”, apuntó Logsdon, quien recalcó que se podría producir una desestabilidad en la política espacial, debido a que Musk “ocupa una posición de influencia”.