Irán ha negado categóricamente cualquier relación con el incidente en el golfo de Omán y ha rechazado “las acusaciones infundadas” sobre su presunta implicación.
Arabia Saudita “no quiere una guerra” en Oriente Medio, pero “no dudará” en hacer frente a cualquier amenaza que afecte a sus intereses, según lo ha advertido el príncipe heredero del reino, Mohamed bin Salmán, que ha responsabilizado a Irán del ataque lanzado este jueves contra dos petroleros en el golfo de Omán.
“No queremos una guerra en la región […], pero no dudaremos en hacer frente a cualquier amenaza contra nuestro pueblo, nuestra soberanía, nuestra integridad territorial y nuestros intereses vitales”, aseveró el príncipe en una entrevista al diario panárabe Asharq al-Awsat, de la que este domingo han sido publicados extractos.
En referencia al ataque de este jueves, Bin Salmán aseguró que el Gobierno iraní “no respetó la presencia del primer ministro japonés como invitado en Teherán”, ya que durante su visita, “respondieron a sus esfuerzos atacando a dos petroleros, uno de los cuales pertenece a Japón”.
- El pasado 13 de junio dos petroleros fueron atacados en aguas cercanas al puerto de Jask (Irán), después de lo cual la Armada iraní rescató a 44 miembros de las dos embarcaciones afectadas.
- El presidente de EE.UU., Donald Trump, y su secretario de Estado, Mike Pompeo, se apresuraron a culpar de lo ocurrido a Teherán, alegando que la República Islámica está llevando a cabo “ataques” en respuesta a las sanciones impuestas por Washington contra la nación persa.
- Teherán ha negado rotundamente estas acusaciones. El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, ha calificado los incidentes de “sospechosos”, y asegura que las acusaciones por parte de Washington, “sin una pizca de evidencia objetiva ni circunstancial”, tienen como fin “sabotear” los esfuerzos diplomáticos del país persa.