Las transferencias aumentaron un 37.5% entre octubre de 2023 y enero 2024.

El Banco de la República de Haití (BRH) considera que el flujo de remesas, equivalente al 20% del producto interno bruto (PIB), ha sido vital en el sostenimiento de la economía. En 2023 ascendieron a US$3,280 millones, una caída neta de US$129.8 millones (-3.8%) respecto a los US$3,410 millones del ejercicio fiscal anterior.

Sin embargo, entre octubre de 2023 y enero de 2024 hubo una acumulación de US$1,230 millones, un aumento relativo de un 37.5% del nivel de transferencias recibido en 2022-2023.

La institución destaca que la caída durante el año anterior se debió, fundamentalmente, a una tímida reactivación de actividades económicas en los principales países proveedores de transferencias.

A modo de comparación, las transferencias recibidas durante los primeros cuatro meses del año fiscal en trámite ascienden a US$1,050 millones y los correspondientes al mismo período de año fiscal 2021-2022, US$$1,160 millones. “Esto sugiere una tendencia creciente para este año considerando la aceleración del deterioro de la situación socioeconómica y política del país observada en los últimos meses y el relativo buen desempeño de origen de las transferencias”, señala el BRH.

Refiere que se observa un pico estacional en las transferencias en diciembre de cada año, seguido de una caída registrada en enero y una recuperación en febrero.

En este contexto, de acuerdo con el BRH, los depósitos en dólares en la banca comercial aumentaron un 23.4% entre 2021 y 2023, lo que refuerza la relación entre la inestabilidad política y social con la desconfianza de los agentes económicos.

Según la entidad, los depósitos en divisas convertibles pasaron de 280,321.7 millones de gourdes a 345,872 millones de gourdes entre 2021 y 2023, que son aproximadamente US$3,600 millones.

“Durante varias décadas, las transferencias no contrapartidas, actualmente estimadas en alrededor del 20% del PIB de Haití, han constituido una contribución económica considerable al país. Cabe señalar que los miembros de la diáspora, particularmente los de Chile y Brasil, probablemente hayan contribuido a fortalecer el peso de esta fuente de divisas.

A pesar de la desaceleración económica relacionada con el covid que afectó a los países que acogen a haitianos, estos continuaron apoyando financieramente a sus seres queridos que viven en condiciones a menudo precarias en Haití”, destaca.

Sin embargo, sostiene que la dependencia de un segmento considerable de la población de las transferencias no contrapartidas (remesas) refleja el deterioro de la situación económica y sociopolítica del país observado en los últimos años.

Para el BRH, se trata de una aportación económica imprescindible para los gastos vinculados al consumo, la educación, la vivienda y la salud. Señala que es la principal fuente de divisas para la economía haitiana. En este sentido, sostiene que los montos recibidos son mayores que las transferencias públicas, los flujos de inversión directa y las exportaciones.

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Por El Dinero