La inflación mensual de septiembre fue de 0.38%, mientras que la inflación acumulada en los primeros nueve meses del año se situó en 2.38 %.

En su reunión de política monetaria de octubre de 2019, el Banco Central (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 4.50% anual.

La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis detallado del balance de riesgos respecto a los pronósticos de inflación, incluyendo indicadores macroeconómicos internacionales y domésticos, las expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo.

La inflación mensual de septiembre fue de 0.38%, mientras que la inflación acumulada en los primeros nueve meses del año se situó en 2.38 %. Por otro lado, la inflación interanual, es decir de septiembre de 2018 a septiembre de 2019, se ubicó en 2.02%, manteniéndose por debajo del límite inferior del rango meta. La inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, se ubicó en 2.14 % en septiembre. Las expectativas de inflación de los analistas económicos y el sistema de pronósticos del BCRD señalan que la inflación se acercaría al centro del rango meta de 4.0% ± 1.0% al cierre del año 2019 y se mantendría en torno al valor central de la meta durante el año 2020.

En el entorno internacional, persisten los focos de incertidumbre que han estado gravitando durante este año, en particular aquellos relacionados a las disputas comerciales entre Estados Unidos de América (EUA) y China, así como las tensiones sociopolíticas en distintas zonas del mundo. Ante este panorama convulso, el Fondo Monetario Internacional (FMI) corrigió a la baja sus proyecciones de crecimiento, estimando una expansión de la economía mundial de 3.0% en 2019, la más baja en una década, y una ligera recuperación hasta 3.4% en 2020.

Las perspectivas de crecimiento de EUA se han moderado, ubicándose en 2.4% para 2019 y 2.1% en 2020 según el FMI, influenciadas por una ralentización de la inversión privada, la disipación de los efectos del estímulo fiscal y el impacto de la guerra comercial.

Tomando en consideración el menor dinamismo de la actividad económica y las bajas presiones inflacionarias, la Reserva Federal disminuyó en octubre, por tercera ocasión consecutiva, su tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos. En adición, la Reserva Federal ha estado proporcionando mayor liquidez al sistema financiero a través de acuerdos de recompra (REPOS) y compras de letras del Tesoro en el mercado secundario, con el objetivo de reducir las tasas de interés de corto plazo y normalizar la curva de rendimientos, que había estado invertida en los últimos meses reflejando tasas de interés de corto plazo superiores a las de largo plazo. Basados en el contenido del último comunicado de prensa de la Reserva Federal, los analistas del mercado prevén una pausa en el proceso de reducción de tasas de interés de fondos federales en los próximos meses.

En cuanto a la Zona Euro, las perspectivas de crecimiento se mantienen bajas, ubicándose en 1.2% y 1.4% para 2019 y 2020, respectivamente, afectadas por la incertidumbre en torno al proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) y las disputas comerciales a nivel global. Considerando este panorama adverso y la baja inflación, el Banco Central Europeo continúa implementando el paquete de medidas expansivas anunciadas recientemente, las cuales incluyen tasas de interés negativas para los depósitos de corto plazo (overnight), un programa de provisión de liquidez para la canalización de crédito al sector privado y la compra mensual por 20 mil millones de euros en títulos de deuda soberana en el mercado secundario, con el objetivo de estimular la demanda agregada.

Por otro lado, se han incrementado los factores de incertidumbre en América Latina (AL), lo que ha resultado en una reducción de las proyecciones de crecimiento regional hasta 0.2% para 2019 de acuerdo al FMI. Este comportamiento estaría influenciado por las condiciones recesivas en Venezuela, Argentina, Nicaragua, Ecuador y Paraguay, así como por la desaceleración de las dos economías más grandes, Brasil y México, las cuales crecerían por debajo de 1.0%. El desempeño de otras economías de la región, como Chile, Bolivia, Perú, Honduras, entre otras, podría deteriorarse aún más, al considerarse el impacto negativo de las recientes tensiones sociopolíticas.

En cuanto a las materias primas, el precio promedio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se mantuvo en torno a US$54 por barril durante el mes de octubre. Como resultado del debilitamiento de la demanda mundial, se espera que el precio del crudo se mantenga por debajo de US$60 dólares el barril durante el resto de 2019, nivel contemplado en el Presupuesto Nacional. Por otro lado, el precio promedio del oro se ubicó en torno a los US$1,500 dólares por onza troy en el mes de octubre, al ser utilizado como refugio de valor en un panorama global de alta incertidumbre. Esta tendencia de los precios de estas materias primas contribuirían a mejorar los términos de intercambio de la República Dominicana.

En el contexto doméstico, el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) señala que la demanda agregada ha reaccionado favorablemente a las medidas de flexibilización monetaria adoptadas por el Banco Central. En efecto, la economía se expandió 5.1 % interanual en el mes de septiembre, para un crecimiento acumulado de 4.8 % en los primeros nueve meses del año. El dinamismo reciente de la actividad económica contribuiría a que el crecimiento económico se ubique en torno a su potencial de 5.0 % para el cierre del año.

De forma particular, las medidas monetarias expansivas implementadas de forma preventiva, a través de tres reducciones de la tasa de política monetaria que acumularon 100 puntos básicos desde el mes de junio y de la liberación de más de RD$34 mil millones de recursos del encaje legal a los sectores productivos, han dinamizado el crédito privado, el cual registra un crecimiento interanual superior a 11.5% al cierre de octubre. Las condiciones monetarias permanecerán favorables durante los próximos meses conforme continúen operando los mecanismos de transmisión y el Banco Central mantenga niveles de liquidez consistentes con la postura de política monetaria, impulsando una mayor inversión y consumo privado.

En ese sentido, estas medidas de flexibilización monetaria han estado cumpliendo el objetivo de estimular la demanda interna, con reducciones de la tasa de interés de referencia que incluso han sido superiores a las implementadas por la Reserva Federal, lo que fue determinante en la decisión del Comité de Operaciones de Mercado Abierto de mantener invariable la tasa de política monetaria. Las condiciones monetarias expansivas están contribuyendo a que la economía se mantenga como líder de la región en materia de crecimiento, en un contexto de estabilidad de precios. Dado el entorno global de bajas tasas de interés y de alta incertidumbre, la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos que exhibe la República Dominicana sitúa al país como un destino atractivo para los inversionistas internacionales.

En el sector externo, las actividades generadoras de divisas, como la inversión extranjera directa y las remesas continúan mostrando un buen desempeño, compensando la moderación reciente del turismo. Se espera que el flujo de turistas recupere la normalidad en los próximos meses, a lo cual contribuirá el anuncio reciente de la investigación del FBI en relación a los eventos adversos ocurridos en el sector hace unos meses.

Es importante destacar que la mayor volatilidad cambiaria que se experimentó en los últimos meses no está asociada a los fundamentos macroeconómicos, sino al complejo entorno internacional descrito y la incertidumbre propia del proceso electoral doméstico que ha provocado cierta aprensión en algunos sectores económicos. En ese sentido, el Banco Central mantiene altos niveles de reservas internacionales y ha puesto en funcionamiento la plataforma electrónica de divisas, lo que contribuirá a una mayor transparencia y eficiencia en el mercado cambiario, así como a una mejor formación de las expectativas de los agentes privados. En adición, se prevé que la cuenta corriente de la balanza de pagos cierre el año con un déficit alrededor de 1.6 % del PIB, por debajo de su promedio histórico y que se mantengan altos niveles de flujos de capitales.

El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y al buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. En ese sentido, la institución se mantendrá dando seguimiento a la moderación de la economía mundial y a los factores de incertidumbre tanto externa como interna y su impacto sobre la demanda agregada, encontrándose preparado para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan generar desvíos de la meta de inflación y afectar el crecimiento económico dominicano.

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Por El Dinero