En su reunión de política monetaria de agosto de 2019, el Banco Central (BC) decidió reducir por tercer mes consecutivo, su tasa de interés de política monetaria en 25 puntos básicos, pasando de 4.75% a 4.50% anual.

De acuerdo al esquema de gestión de liquidez de corto plazo del BC, la tasa de depósitos remunerados (overnight) disminuye de 3.25% a 3.00% anual y la tasa de la facilidad permanente de expansión (repos), se reduce de 6.25% a 6.00% anual.

La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis detallado del balance de riesgos respecto a los pronósticos de inflación, incluyendo indicadores macroeconómicos internacionales y domésticos, las expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo.

La inflación mensual de julio fue de 0.47%, mientras que la inflación acumulada en los primeros siete meses del año se situó en 1.64%.

Por otro lado, la inflación interanual, es decir de julio de 2018 a julio de 2019, se ubicó en 1.40%, manteniéndose por noveno mes consecutivo por debajo del límite inferior del rango meta.

Asimismo, la inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, se ubicó en 2.0% en julio.

Las expectativas de inflación de los analistas económicos, así como el sistema de pronósticos del BC, señalan que la inflación se mantendría en torno al límite inferior del rango meta de 4.0% ± 1.0% hasta finales del 2019, a la vez que no se vislumbran presiones inflacionarias para el 2020.

Los factores de incertidumbre que han estado gravitando en el entorno internacional se han acentuado, en particular aquellos relacionados a las disputas comerciales, así como los riesgos geopolíticos. En ese contexto, Consensus Forecasts reduce nuevamente su estimación de crecimiento mundial, ubicándolo en 2.6% tanto en 2019 como en 2020.

En cuanto al desempeño de los países desarrollados, Estados Unidos de América (EUA) moderó su crecimiento a interanual a 2.3% en el segundo trimestre del año.

Consensus estima que EUA reduciría su expansión de 2.9% en 2018 a 2.3% en 2019 y 1.9% en 2020. En este contexto de menor dinamismo y con bajas presiones inflacionarias, la Reserva Federal disminuyó su tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos en la última reunión de política monetaria. Debido a la persistencia de los factores de incertidumbre, los analistas del mercado esperan que la Reserva Federal realice nuevas reducciones de tasas de interés durante el resto del año.

En tanto, las perspectivas de crecimiento en la Zona Euro (ZE) son bajas, ubicándose en 1.1% para 2019 y en 1.2% para 2020, afectada por la incertidumbre en torno al proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) y las disputas comerciales a nivel global.

En efecto, durante el segundo trimestre del año Reino Unido, Alemania y Suecia reportaron crecimientos negativos. Considerando este panorama adverso y los reducidos niveles de inflación, el Banco Central Europeo ha anunciado que implementará un conjunto de medidas monetarias expansivas orientadas a proveer liquidez al sector privado y estimular la demanda agregada.

Por otro lado, las proyecciones de crecimiento de América Latina continúan deteriorándose, estimándose una expansión regional para 2019 de 0.6% según el Fondo Monetario Inrernacional y de 0.7% Consensus Forecasts.

De forma particular, Consensus contempla menores previsiones para casi todos los países latinoamericanos, destacándose las dos economías de mayor tamaño, Brasil y México, las cuales crecerían por debajo de 1.0% en 2019. En este contexto, el crecimiento de la región en 2019 estaría liderado por República Dominicana (5.3%), Panamá (4.6%) y Bolivia (4.0%), de acuerdo a Consensus Forecasts.

En cuanto a las materias primas, el precio promedio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se mantuvo en torno a US$55 por barril en agosto, explicado principalmente por la perspectiva de una menor demanda mundial.

En ese sentido, se espera que el precio promedio se mantenga por debajo de US$60 dólares el barril durante 2019, nivel contemplado en el Presupuesto Nacional. Por otro lado, el precio del oro se ha incrementado significativamente en los últimos meses al ser utilizado como refugio de valor en un entorno de alta incertidumbre internacional, sobrepasando los US$1,500 dólares la onza troy, muy por encima de lo estipulado en el Presupuesto Nacional de US$1,262 la onza.

En el contexto doméstico, informaciones preliminares del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) señalan que el crecimiento económico ha comenzado a recuperarse, alcanzando 4.7% en el período enero-julio y, de continuar esta tendencia, se ubicaría en torno a su potencial para el cierre del año.

La actividad económica doméstica ha estado influenciada por un entorno internacional complejo, así como por la incertidumbre característica de los procesos pre-electorales y su impacto en las expectativas. No obstante, las medidas monetarias expansivas han comenzado a dinamizar el crédito privado, a través de la canalización de más de RD$17 mil millones de recursos del encaje legal como financiamiento a los sectores productivos. En ese sentido se espera que las reducciones de tasas de interés de política monetaria y el desembolso de los recursos pendientes del encaje legal, que ascienden a casi RD$17,300 millones, impulsen la demanda interna en los próximos meses, a través de una mayor inversión y consumo privado.

Por otro lado, se mantiene el proceso de consolidación de las finanzas públicas, previéndose que se alcance un superávit primario al cierre de 2019, según lo estipulado en el Presupuesto Nacional. En el sector externo, las actividades generadoras de divisas, como la inversión extranjera directa y las remesas han registrado un buen desempeño, compensando la moderación reciente del turismo, inducida por la menor demanda mundial y por la campaña mediática negativa ante casos aislados que se presentaron en el sector. En este desafiante entorno internacional, la República Dominicana ha mantenido la estabilidad relativa del tipo de cambio, presentando una depreciación acumulada en lo que va de año de 2.0%, inferior a la observada en igual período del año anterior y entre las más bajas entre los países de América Latina y las economías emergentes, como resultado de la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos y de la credibilidad en sus políticas económicas.

El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y al buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. En ese sentido, la institución se mantendrá dando seguimiento a la moderación de la economía mundial y a los factores de incertidumbre tanto externa como interna y su impacto sobre la demanda agregada, encontrándose preparado para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan generar desvíos de las metas de inflación y afectar el crecimiento económico dominicano.

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Por El Dinero