Según testimonios y un documento revisado por NBC News, la medida es parte de unos “planes de contingencia” que están “listos desde hace mucho tiempo”.
El Gobierno de EE.UU. estaría analizando aplicar una medida de contingencia para retener a migrantes haitianos en un tercer país o en la bahía de Guantánamo ante el agravamiento de la crisis multifactorial en ese país caribeño.
Según testimonios de dos funcionarios estadounidenses y un documento de planificación interna revisado por NBC News, la medida es parte de unos “planes de contingencia” que están “listos desde hace mucho tiempo” para evitar que los migrantes entren a territorio estadounidense.
“El Gobierno de [Joe] Biden está sopesando opciones para responder a lo que pronto podría ser un éxodo masivo de migrantes de Haití, incluida la retención temporal de migrantes en un tercer país o la ampliación de la capacidad en una instalación existente en la prisión estadounidense de la bahía de Guantánamo, Cuba”, señala el reporte de Julia Ainsley, corresponsal para el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Justicia de EE.UU. para la Unidad de Investigación de NBC News.
“El Gobierno de EE.UU. siempre hace planes de contingencia por precaución y para una amplia gama de escenarios potenciales. Estas contingencias para la migración existían mucho antes de la Administración Biden-Harris”, dijo un vocero del Consejo de Seguridad Nacional al medio estadounidense.
Por su parte, un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional comentó que esa oficina “continúa monitoreando de cerca la situación en Haití, y hay planes de contingencia listos desde hace mucho tiempo en caso de un aumento en la migración marítima“.
Además, según el documento revisado por ese medio, el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca habría consultado al Departamento de Seguridad Nacional cuál sería el número de migrantes haitianos que se requieren para que EE.UU. se vea “sobrepasado” y pueda aplicar la medida de trasladarlos a Guantánamo.
Apoyar desde lejos
Esta posible medida se adoptaría en medio de un escenario de críticas contra la Administración de Biden por el manejo que tuvo ante la llegada de migrantes en septiembre de 2021, que provocó que más de 12.000 de ellos se concentraran bajo un puente internacional en Texas. Tras ese episodio, la Casa Blanca aumentó los vuelos de deportación de los desplazados, un proceso que se encuentra detenido desde agosto.
“Durante más de 30 años, la bahía de Guantánamo ha tenido un Centro de Operaciones de Migrantes que alberga a los migrantes recogidos por la Guardia Costera en el Caribe. No es parte de la prisión para sospechosos de terrorismo. Se están considerando planes que duplicarían aproximadamente la capacidad en el Centro de Operaciones de Migrantes a 400 camas”, dice el documento citado por el medio.
La apuesta de EE.UU. es que la crisis multifactorial se pueda resolver dentro de Haití. “Recientemente entregamos equipos de seguridad adquiridos por el Gobierno de Haití, incluidos vehículos y suministros tácticos y blindados, que ayudarán a la Policía Nacional en su lucha contra los actores criminales que incitan a la violencia”, dijo un vocero del Consejo Nacional de Seguridad a NBC News.
“EE.UU. continúa coordinando con nuestros socios internacionales ante todo para apoyar al pueblo de Haití y abordar la situación humanitaria y de seguridad en el país”, señaló el portavoz, quien agregó que la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades tienen personal en la nación caribeña para responder al brote de cólera que también afecta a la población.
Haití atraviesa una profunda crisis que golpea al país en lo económico, político y humanitario. Más de 4,7 millones de personas, cerca del 40 % de la población, sufren inseguridad alimentaria. De esa cifra, 19.000 están en “niveles catastróficos de hambre”, según el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas.
Casi 100.000 personas han huido de la capital de Haití empujadas por la violencia
Además, la nación es sacudida por una crisis de gobernabilidad que empeoró con el asesinato, hace más de un año, del presidente Jovenel Moïse. Ahora enfrenta una oleada de protestas que exigen la salida del primer ministro, Ariel Henry, al que se responsabiliza del incremento de los precios de la canasta básica, la gasolina y los servicios, así como de haber pedido la intervención de tropas extranjeras en el país.
En medio de este convulso panorama, también escasea el combustible y la violencia en las calles se ha recrudecido por la acción de peligrosas pandillas que ejercen control de territorios completos, cometen graves delitos contra los derechos humanos de la ciudadanía y son responsables de centenares de asesinatos.