El incremento de las temperaturas también provoca un aumento de la velocidad de crecimiento y estrés térmico en los organismos de esos animales, entre ellos peces, anfibios y reptiles.

Un grupo de científicos ha asegurado que el cambio climático está envejeciendo a los animales ectotermos —aquellos que son incapaces de generar su propio calor interno—, sobre todo a peces, anfibios y reptiles, según un artículo publicado el mes pasado en la revista Global Change Biology.

El incremento de las temperaturas y las olas de calor también provocan un aumento de la velocidad de crecimiento y estrés térmico en esos organismos, que no pueden controlar su temperatura interna, la cual se regula en función de la del entorno en el que se encuentran.

“Límites de tolerancia a la temperatura”

“Estas ponen a los animales fuera de sus preferencias térmicas, pudiendo incluso alcanzar sus límites de tolerancia a la temperatura”, explicó Germán Orizaola, investigador del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad de la Universidad de Oviedo y coautor del estudio. “Cuanto más largas y frecuentes son las olas de calor, mayor es su impacto en la fisiología de los ectotermos”, añadió.

Orizaola cree que las tasas de crecimiento más altas generarán desequilibrios fisiológicos en esa tipología de animal, indicando que esto aumenta el daño oxidativo a las proteínas y al ADN. En su opinión, esto también podría afectar a los telómeros, esto es, secciones repetidas de ADN no codificante ubicadas en los extremos de los cromosomas que proporcionan estabilidad y protegen las secuencias codificantes de la pérdida al final del mismo.

“Dado que los telómeros protegen el ADN, cuanto más rápido se pierden los telómeros, más rápido se degradan las células y el organismo envejece”, sostiene el científico. “Este enlace claro entre cambio climático y envejecimiento se describe por primera vez en nuestro artículo”, agrega, subrayando que se dará un impacto en las tasas de envejecimiento de estas especies.

¿Qué se puede hacer?

En este sentido, Orizaola advierte que esta situación podría tener “graves consecuencias para las poblaciones naturales”, como problemas para reproducirse. En este hipotético escenario de vida útil reducida, argumenta, una sequía o una inundación reduciría su capacidad de recuperación, así como el tiempo para producir suficiente descendencia.

A su vez, esto podría afectar a otras especies que forman parte de la red ecológica de los ectotermos, por ejemplo la cantidad de presas, competidores o parásitos. “Todos los indicios apuntan a que podría ser otro de los posibles problemas a los que se enfrente la fauna salvaje expuesta al cambio climático”, afirma el experto.

Por ello, propone estudiar a fondo los efectos de la crisis climática sobre el envejecimiento de esas especies amenazadas para diseñar mejores programas de conservación y gestión de los ectotermos. Además, recomienda llevar a cabo medidas de conservación para especies en peligro de extinción y reubicar a un “hábitat más adecuado” a aquellos animales que vivan en un ambiente que pueda ser afectado por el aumento de las temperaturas.

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