Argentina, Chile y Uruguay alcanzaron marcas inusuales para el mes de agosto.
El Cono Sur del continente americano registró en las últimas horas temperaturas notablemente superiores a la media para la época invernal que atraviesa, efecto que se vincula con el cambio climático y el fenómeno meteorológico conocido como El Niño.
En Argentina, la ciudad de Buenos Aires marcó un récord al alcanzar el martes los 30 grados centígrados, una marca que no se daba en el inicio de agosto desde hace 117 años, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Hasta ahora, el 1 de agosto más cálido había ocurrido en 1942, cuando se registraron 24,6 ºC, informó el SMN. Para agosto, la temperatura promedio en Buenos Aires se ubica entre 18 y 9 ºC.
En el norte del país el calor fue aún mayor: la ciudad de Rivadavia, en la provincia de Salta, llegó a los 38 °C.
Entre tanto, el Servicio Oficial de Meteorología de Chile informó que la Estación Vicuña Los Pimientos, en la región de Coquimbo, alcanzó los 37 °C, la segunda temperatura máxima histórica a nivel nacional para los meses de invierno, y la cifra más alta desde 1951.
Además, el organismo emitió un aviso por “evento de altas temperaturas” entre las regiones de Coquimbo y Metropolitana, con hasta 33 ºC para la precordillera de la zona norte durante el miércoles.
El Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) también notificó para este 2 de agosto temperaturas de hasta 30 ºC para la zona Metropolitana de la capital, Montevideo.
América Latina frente al cambio climático: una crisis que va más allá del daño ambiental
A principios de julio, la Organización Meteorológica Mundial de la ONU (OMM) declaró que la llegada de El Niño, un evento climático relacionado con el calentamiento del océano Pacífico tropical central y oriental, traería condiciones meteorológicas extremas.
El secretario general de la organización, Petteri Taalas, advirtió sobre nuevos récords de temperaturas y “un calor más extremo en numerosas partes del mundo y en el océano”.
“La declaración de El Niño por parte de la OMM es la señal para que los gobiernos de todo el mundo movilicen los preparativos para limitar las repercusiones en nuestra salud, nuestros ecosistemas y nuestras economías”, señaló Taalas.