Comer frutos secos a diario puede reducir el riesgo de padecer demencia, un deterioro progresivo de las facultades mentales que causa graves trastornos de conducta, sugiere un artículo publicado el pasado 30 de septiembre en la revista GeroScience.
Los investigadores, que utilizaron datos del UK Biobank, seleccionaron a 50.386 personas de entre 40 y 70 años que proporcionaron información sobre su consumo de frutos secos, hábitos de vida, estado de salud y diagnósticos de demencia.
Fue así como descubrieron que el consumo regular de este tipo de alimento se correlaciona con una reducción del 12 % del riesgo de demencia, así como que los frutos secos sin sal —tales como las almendras y los anacardos— parecen ser más beneficios que los frutos secos salados o procesados.
El estudio no halló beneficios adicionales por consumir más de un puñado al día, lo que hace pensar que una ingesta moderada podría ser suficiente para obtener los posibles efectos neuroprotectores de los frutos secos, que son ricos en antioxidantes, grasas saludables y compuestos bioactivos que pueden reducir la inflamación y el estrés oxidativo, dos factores que se cree contribuyen al deterioro cognitivo.