Un pensamiento que puede ser absurdo se nos repite constantemente causando preocupación y deterioro de la salud mental. Algunas personas hacen este tipo de pensamientos después de ir a un velorio. Temen que morirán y se repiten ese pensamiento que se hace obsesivo o sea, que se lo repite una y otra vez y no lo pueden hacer desaparecer. Otras  hacen ese tipo de pensamiento después de ver a alguien enfermo. Temen que se enfermarán y dejan que sus pensamientos les dominen.

A pesar de ver que lo que pensamos puede ser absurdo, los pensamientos pueden persistir. Cuando los pensamientos obsesivos van seguidos de una acción, se llaman pensamientos obsesivos compulsivos. Por ejemplo, alguien que cree que tiene las manos sucias y se las lava cientos de veces al día. Esto se puede convertir en un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

No siempre los pensamientos obsesivos van a terminar en una enfermedad psiquiátrica mayor. Los adolescentes y niños elaboran, a veces, pensamientos obsesivos. Pueden temer ser de alguna forma en el futuro y llegar a creérselo. Hay que buscar ayuda y con técnicas cognitivas, enseñar a controlar los pensamientos.

Nuestra mente es muy compleja. Debemos saber que podemos controlar los pensamientos. Consideremos un nido sobre un árbol. Ramita a ramita las aves van construyendo su nido. Cuando dejamos que un mismo pensamiento irracional y absurdo llegue una y otra vez a nuestra cabeza haremos un nido en nuestra mente. Vivirán con nosotros y estarán tan cómodos en el nido no querrán irse.

Hay que evadir los pensamientos absurdos que llegan a la mente. Aquellos pensamientos de que todos nos quieren hacer daño, de que nos persiguen. Podemos perder la cordura. Decía el apóstol Pablo “En esto pensad. En todo lo bueno, lo puro y lo de buen nombre”. Hay que evadir los pensamientos irracionales de miedo, culpa y preocupación. Debemos evitar que la irracionalidad de los pensamientos haga nido en nuestra mente.

 

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